Según estadísticas del Ministerio de Salud se trata del tercero en mortalidad. Como en todos los tumores, su detección temprana mejora el diagnóstico. Los médicos aseguran que cada vez hay más conciencia de la importancia de los controles.
Este sábado 11 de junio es el Día Mundial del Cáncer de Próstata, el más frecuente en varones en la Argentina y el tercero en mortalidad, luego del cáncer de pulmón y el colorrectal, informó el Ministerio de Salud. Se estima que 1 de cada 8 hombres tendrá cáncer de próstata a lo largo de su vida.
Este tumor es el más frecuente en persona mayores de 50 años y es «totalmente asintomático en las etapas iniciales del tratamiento», afirmó a Página/12 Wenceslao Villamil, jefe de cirugía robótica del sector de Urología del Hospital Italiano. «Los pacientes toman cada vez más conciencia de la importancia de los controles– afirmó Villamil-. Cada vez son más los que vienen al consultorio a hacerse los chequeos dejando de lado los tabúes y molestias que producen el control y la revisión.»
Igualmente, según los especialistas, muchas veces los pacientes van a controlarse luego de que aparecen los síntomas, que suelen darse en forma tardía en esta patología. «Los síntomas se presentan como orina con sangre o dolor en los huesos producto de metástasis, lo que significa que ya tuvo mucho tiempo de evolución», explicó Villamil.
La manera de diagnosticar es visitando al urólogo y haciéndose un análisis de sangre, que es el antígeno prostático específico (PSA, por sus siglas en inglés), y un examen prostático, a través de un tacto rectal, para detectar nódulos. Cuando alguno de los dos estudios genera sospechas se indica una biopsia prostática, que es la manera de diagnosticarlo.
El hematólogo es quien va a determinar con la biopsia si hay o no células cancerosas. Una vez que se obtiene el diagnóstico hay que ver qué tratamiento va a necesitar el paciente.
Los grados más bajos o los tumores más indolentes a veces se pueden controlar con algo que se llama vigilancia activa. «No quiere decir que no se haga nada, por el contrario, quiere decir controlarlo periódicamente al paciente», asegura Villamil. Y añadió: «Un urólogo especializado puede determinar cómo continuar».
Cuando el tumor es de estadio intermedio o de alto grado, es decir, tumores más agresivos requieren un tratamiento: radioterapia o cirugía. Dependerá del estadio tumoral, la agresividad del tumor, la edad del paciente y las comorbilidades.
«No hay muchas maneras de prevenirlo, los pacientes que tengan familiares con cáncer de próstata van a tener que chequearse más temprano, antes de los 50 años. Las personas que tengan mutaciones genéticas, como el BRCA, también deberán chequearse en edades más tempranas», explicó Villamil.
Si el paciente tiene un PCA normal, un tacto normal y no tiene antecedentes en la familia de cáncer prostático «podría chequearse tranquilamente cada dos años, por tener muy bajo riesgo», sostiene el jefe de robótica, quien reafirma la importancia de escuchar al urólogo.
Como en todos los tumores, su detección temprana mejora el diagnóstico. «Cuando la detección se da en el momento en el que el tumor está alojado en la próstata, la sobrevida a los cinco años es del 100 por ciento, mientras que aquellos pacientes que se diagnostican en forma avanzada tienen una sobrevida que se reduce al 30», detalló el médico especialista Norberto Bernardo, jefe de Servicio del Centro Argentino de Urología (CAU).
Un dato importante es que la mayoría de los hombres diagnosticados con cáncer de próstata no morirá por esta causa: mientras el riesgo de padecer la enfermedad en el tiempo de vida alcanza a uno de cada ocho, sólo un 3 por ciento fallecerá por este tumor. «Hemos ido aumentado el tiempo de vida y calidad de vida en los pacientes que tienen una enfermedad incurable, duplicando en promedio cada siete o diez años el tiempo de vida», indicó.
La próstata es una glándula dentro del aparato reproductor masculino que, después de llegar a la pubertad, produce el líquido seminal que forma parte del semen; se encuentra situada en la pelvis, debajo de la vejiga y delante del recto y tiene el tamaño de una nuez o una castaña. El tumor se origina cuando las células de la próstata comienzan a crecer sin control.
Informe: Mercedes Chamli
Fuente: Página 12