El Fondo Monetario Internacional publicó el Informe Regional de Perspectivas Económicas correspondiente al Departamento del Hemisferio Occidental en el marco de las reuniones conjuntas con el Banco Mundial. Allí ratificó que la economía argentina caerá 2,5% en 2023 a causa de «la severa sequía».
El Fondo Monetario Internacional (FMI) remarcó que frente a los «importantes desafíos» que enfrenta Argentina, el país necesita de un plan económico «fuerte y creíble».
El organismo multilateral publicó el Informe Regional de Perspectivas Económicas correspondiente al Departamento del Hemisferio Occidental, con foco en Latinoamérica y el Caribe, en el marco de las reuniones conjuntas con el Banco Mundial (BM) en la ciudad marroquí de Marrakech.
El organismo ratificó que la economía argentina caerá 2,5% en 2023 a causa de «la severa sequía», con una inflación proyectada de un promedio de 122% anual.
No obstante, sobre el índice de precios, el FMI señaló que dependerá «de la evolución del tipo de cambio y su pasaje a los precios, y el ritmo de ajuste en la política monetaria y fiscal».
«Los riesgos a la baja continúan dominando las perspectivas, reflejando la frágil situación económica y social, las incertidumbres vinculadas con las elecciones y la vulnerabilidad a shocks externos», manifiesta el Fondo en el informe.
Frente a ello, recomendó una «fuerte implementación» del programa consensuado con el país, lo cual será «critico para salvaguardar la estabilidad y corregir los desbalances macroeconómicos».
Para 2024, en tanto, el organismo prevé un rebote de la economía del 2,8%.
En una conferencia de prensa, el director del Departamento del Hemisferio Occidental, Rodrigo Valdes, señaló, al presentar el documento, que el país «enfrenta desafíos muy importantes, incluyendo una inflación muy alta y en alza, y poca cobertura de reservas en el contexto de una situación social delicada».
«Atender a estos desafíos y salvaguardar la estabilidad requiere de un fuerte y creíble plan macroeconómico que sea, idealmente, apoyado por una fuerte mayoría. Este plan necesita estar anclado también en un fortalecimiento de las finanzas públicas que, al mismo tiempo, proteja a los más vulnerables», señaló el funcionario.
Consultado por los planes de dolarización del candidato de La Libertad Avanza (LLA), Javier Milei, indicó que el FMI «es muy respetuoso de las decisiones soberanas de cada país para decidir cuál es el mejor esquema monetario y de tipo de cambio».
«Pero nos preocupamos y trabajamos para asegurar que estén las condiciones de política económica para una transición a un nuevo régimen y las condiciones para un resultado apropiado cuando ese régimen es implementado», sostuvo y subrayó que, en el caso de la dolarización, «se necesitan precondiciones muy importantes y pasos necesarios para que sea exitosa».
«Al final del día, y me parece importante recalcarlo, la dolarización no es un sustituto de políticas macroeconómicas sólidas», aseveró Valdes.
Y, aclaró que los equipos del FMI «dialogaron con los equipos economías de los candidatos», y que el organismo «está preparado para intensificar este vínculo para entender mejor sus planes de política».
«A este punto, cuando nos reunimos es básicamente para escuchar sus miradas. No es que estamos discutiendo algo en esta etapa del ciclo electoral», manifestó en relación con la posibilidad de reformular el programa actual del FMI.
Por países y a nivel regional, el FMI también espera que las economías de Chile (-0,5%) y Haití (-1,5%) se contraerán en el 2023.
Por otra parte, se espera crecimiento en Paraguay (4,5%), México (3,2%), Brasil (3,1%), Bolivia (1,8%), Colombia (1,4%), Ecuador (1,4%), Perú (1,1%) y Uruguay (1%).
«Luego de una recuperación más fuerte de la esperada de la pandemia y la continuación de la resiliencia a principios de este año, el crecimiento económico en Latinoamérica y el Caribe se está desacelerando como efecto de un ajuste en las políticas para combatir la inflación y también por el debilitamiento del ambiente externo», explicó el Fondo.
Entre los riesgos a la baja que enfrenta la región se encuentra la posibilidad de un menor crecimiento en los socios comerciales, volatilidad en los precios de la commodities, una intensificación de las tensiones geopolíticas y la posibilidad de nuevas presiones inflacionarias.