La reina Isabel II instó a los británicos a vacunarse contra el coronavirus y alentó a la gente a pensar en los demás y no sólo en uno mismo, en un mensaje dirigido a quienes no quieren inmunizarse.
Durante una conferencia virtual con funcionarios sanitarios que dirigen el operativo de vacunación en las cuatro naciones del Reino Unido, la reina escuchó sobre la importancia vital de garantizar el acceso general a la vacuna y compartió su propia experiencia.
En el Reino Unido, la cantidad de personas que promueven mensajes en las redes sociales contra las vacunas está aumentando drásticamente y suman millones de seguidores, según una investigación realizada por la BBC.
«Una vez que te has puesto la vacuna, tienes la sensación de que estás protegido. Creo que la otra cosa es que obviamente es difícil para las personas si nunca se han vacunado, pero deberían pensar en otras personas en lugar de en sí mismas», dijo.
La reina, de 94 años, y su esposo Felipe, duque de Edimburgo, de 99, fueron vacunados en enero pasado en el castillo de Windsor, donde habían estado aislados para protegerse de la pandemia.
Isabel II contó que fue muy rápido e indoloro, y agregó que recibió muchas cartas de personas que se sorprendieron mucho de lo fácil que fue obtener la vacuna.
La monarca elogió además el plan de inmunización del Reino Unido, que ya superó las 18 millones de personas vacunadas.
Comparó al coronavirus como una plaga porque, según opinó, «no es solo aquí donde tenemos el virus, sino que está en todas partes», con lo cual -agregó- «es una batalla extraña en la que todos están peleando».
La videoconferencia fue parte de una campaña reciente de los miembros de la familia real para reunirse y agradecer a los trabajadores y voluntarios clave involucrados en el programa de vacunación
El lunes, el príncipe William, el nieto de la reina, visitó un centro de vacunación en King’s Lynn en Norfolk, mientras que su padre el príncipe Carlos y su esposa la duquesa de Cornualles, se reunieron con voluntarios que están realizando ensayos clínicos para las vacunas contra el coronavirus en el Hospital Queen Elizabeth en Birmingham.
Mientras tanto, el príncipe Felipe, esposo de la monarca, sigue internado en un hospital de Londres desde el 16 de febrero como medida de precaución debido a una infección que no está relacionada con el coronavirus.