Se trata de una enfermedad común en invierno, que suele tener síntomas leves, pero en adultos mayores o con comorbilidades puede traer consecuencias graves y hasta ocasionar la muerte.
El Virus Sincicial Respiratorio (VSR) es una enfermedad que para gran parte de la población se manifiesta apenas como un resfrío. Está generalmente asociada a la bronquiolitis y otras afecciones respiratorias de los niños, pero también puede tener consecuencias graves en personas mayores, particularmente sobre aquellas con comorbilidades respiratorias o cardíacas.
Al igual que otras enfermedades respiratorias, el virus se transmite a través de las gotas expulsadas al toser y respirar y, en la mayoría de los casos, el VSR manifiesta síntomas leves, como un resfriado prolongado. Ocasionalmente, puede afectar seriamente a bebés, niños pequeños y adultos mayores. Entre las complicaciones que puede producir el VSR se encuentran las infecciones del tracto respiratorio inferior, como la neumonía. “Puede dejar secuelas respiratorias que dificultan el funcionamiento pulmonar de las personas”, reconoce Bonvehí. También puede exacerbar las enfermedades crónicas, como EPOC, asma e insuficiencia cardíaca (ICC) y hasta provocar la muerte.
Los especialistas indicaron que en las personas que tienen más de 60 años, el virus puede derivar en complicaciones a causa del deterioro de las defensas del organismo como producto del envejecimiento, también llamado inmunosenescencia. Según estudios actuales, se considera que la mayor parte de las personas de 50 años o más presenta al menos una comorbilidad, mientras que aquellos con más de 65 años tienen al menos dos, por lo que tienen un riesgo más alto de sufrir una infección grave.
La novedad es que llegará a la Argentina una nueva vacuna para los adultos mayores y está indicada para mayores de 60 años, especialmente aquellos que tienen comorbilidades, aunque por el momento no fue incorporada al calendario de vacunación local. Según los estudios clínicos realizados, tiene una eficacia para la prevención de la infección respiratoria baja causada por los dos tipos de VSR circulantes (VSR A y VSR B), del 82,6% y del 94,6% en adultos con enfermedades crónicas. Su aplicación previene particularmente cuadros más complejos en la población más vulnerable, como son los adultos mayores, que históricamente no han recibido la atención suficiente respecto del daño que puede producir el virus
Cómo prevenir el VSR
Dado que sus partículas pueden permanecer varias horas en las superficies, su prevención recomendada implica “usar y desechar pañuelos descartables, lavarse las manos frecuentemente, escudarse al toser o estornudar y ventilar muy bien los ambientes”, dijo Pablo Bonvehí (M.N. 62.648), jefe de la sección de Infectología del CEMIC, miembro del departamento científico de la Fundación Vacunar e integrante de la Comisión de Vacunas de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI).
Por su lado, el doctor Diego Litewka (M.N. 74.394), jefe de Neumonología del Hospital Fernández, señaló que “una característica del VSR es que las personas infectadas suelen diseminar el virus entre tres y ocho días luego del comienzo de los síntomas”, mientras que dijo que, durante la temporada invernal, su cuadro de diagnóstico toma mayor complejidad dado que “sus síntomas son clínicamente indistinguibles de otras infecciones respiratorias”.
“Es muy difícil diferenciarlo de la influenza o el COVID-19 porque pueden tener características similares, como fiebre, tos e inclusive congestión nasal”, agrega Bonvehí. La afección también puede generar disminución del apetito, estornudos y sibilancias. Ante los primeros indicios es importante quedarse en casa y llamar a un médico de forma inmediata, ya que es necesario analizar los eventuales riesgos que podrían acontecer teniendo en cuenta las comorbilidades que atraviesa la persona. Hay que considerar que estas pueden agravar el cuadro y provocar consecuencias críticas que afectarán la calidad de vida a largo plazo o incluso de forma irreversible.