Según las últimas estadísticas difundidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), una de cada cinco personas en el mundo padece dolor crónico de moderado a severo y una de cada tres no puede mantener un modo de vida independiente.
El dolor muscular, una aflicción común que puede afectar a cualquier persona independientemente de su nivel de actividad física, es una condición que motiva constantemente la búsqueda de alivio efectivo mediante el uso de analgésicos. Frente a este escenario, gestionar nuestra salud a través del autocuidado es fundamental. La clave es entender el dolor, aprender a reconocerlo y así encontrar el alivio ante su aparición, de una manera más saludable.
La OMS define el autocuidado como la capacidad de las personas, familias y comunidades de promover y mantener su salud, prevenir enfermedades y hacer frente a los padecimientos con o sin asistencia de profesionales de la salud. El autocuidado a través del ibuprofeno es frecuentemente señalado por los expertos como eficaz en el alivio del dolor muscular debido a sus propiedades antiinflamatorias, analgésicas y antipiréticas ya que se utiliza comúnmente para tratar el dolor leve a moderado, la inflamación y la fiebre. Sin embargo, su consumo debe ser cuidadosamente monitoreado. “En un mundo lleno de exigencias gestionar nuestra salud a partir del autocuidado basado en ciencia es la llave para el bienestar”, explican.
El uso y abuso de los medicamentos
El especialista en terapia intensiva y medicina crítica, experto en tratamiento del dolor del Instituto Alexander Fleming de Buenos Aires y Director del Centro Integral de Diagnóstico Contención y Tratamiento del Dolor (CENDO), Dr. Gabriel Olarte (M.N. 100186), sostuvo que: “Los medicamentos más comúnmente recomendados para manejar el dolor muscular incluyen los antiinflamatorios no esteroideos (AINES), como el ibuprofeno y el paracetamol. Cada uno de estos fármacos actúa de manera diferente, por lo que su efectividad puede variar dependiendo de la naturaleza específica del dolor muscular experimentado por el individuo.”
“El ibuprofeno actúa reduciendo la producción de sustancias químicas llamadas prostaglandinas, que son responsables de causar inflamación en el cuerpo”, comenta. Al reducir la inflamación, el ibuprofeno puede ayudar a aliviar el dolor asociado con lesiones, inflamación crónica y condiciones como la artritis, pero también controla el dolor en otras situaciones clínicas que cursan sin inflamación. El paracetamol, mientras tanto, actúa como un analgésico menos potente que no posee propiedades antiinflamatorias significativas, pero puede ser efectivo para el alivio del dolor leve a moderado.
El tratamiento farmacológico del dolor muscular en la mayoría de los casos comprende el uso de este grupo de antiinflamatorios no esteroideos como el ibuprofeno, aunque se debe prestar atención a no exceder las dosis máximas ni utilizarlos por tiempos prolongados por lo que siempre es recomendable consultar con el médico para que guíe en el uso de estos fármacos de venta libre y explique en qué casos se debe volver a consultar (automedicación controlada).
“La elección del analgésico más apropiado debe considerar la intensidad del dolor, las condiciones médicas subyacentes del paciente, y potenciales interacciones con otros medicamentos. Tanto el ibuprofeno como el paracetamol se consideran medicamentos seguros si se usan en las dosis y los períodos de tiempo recomendados. A la hora de inclinarnos por uno u otro, una de las claves puede ser la inflamación y la intensidad del dolor. En caso de que exista, y el dolor sea moderado puede ser preferible tomar ibuprofeno; si no, el paracetamol podría ser el indicado”, detalló Olarte.
“Es importante recalcar que la mayoría de los dolores musculares se produce como consecuencia de posturas corporales incorrectas, sobrecarga muscular inadecuada o uso repetitivo de un grupo muscular sin tiempo de recuperación adecuada durante el ejercicio o en determinados trabajos que utilizan fuerza muscular. Es fundamental la prevención del daño muscular a través del autocuidado prestando atención a la postura corporal en la vida cotidiana y realizar ejercicio debidamente controlado”, cierra Olarte.