El remolino de acusaciones cruzadas que se generó durante la exposición de la Ministra de Seguridad en la Cámara baja tuvo como protagonistas, entre otros, a Lorena Pokoik, Vanina Biasi y Leopoldo Moreau.
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, intercambió el martes duras agresiones con diputados nacionales de Unión por la Patria y del Frente de Izquierda durante un tramo de su exposición en la Cámara baja.
Con artillería pesada, diputados de la oposición dura le recordaron su presunto pasado “montonero” y la catalogaron como “asesina de bebés”, en alusión al mito de que ella “ponía bombas en jardines de infantes” durante los años 70.
La diputada de UP Lorena Pokoik gritó desde el fondo que la política de la ministra era establecer un “estado de sitio” y puso como ejemplo que legisladores nacionales sufrieron la violencia policial en carne propia cuando fueron atacados por uniformados policiales en manifestaciones frente al Congreso.
«Los diputados no tienen coronista. Si se ponen delante (de cortes de calle) van a sufrir las mismas consecuencias», amenazó Bullrich al defender el plan de inversión pública para seguridad en la comisión de Presupuesto y Hacienda.
A partir de ese momento, el clima se puso más ríspido y se armó un remolino de acusaciones cruzadas: las más enardecidas fueron la kirchneristas Pokoik y la izquierdista Vanina Biasi .
“Vamos a seguir con esta política porque es una política de devolverle libertad a los ciudadanos”, redobló la apuesta la funcionaria, al hacer referencia al protocolo antipiquetes con el que se logró disminuir la cantidad de cortes de calles y rutas.
Uno de los que se salió de la vaina fue el veterano diputado de UP Leopoldo Moreau, quien le reclamó a la ministra que se callara.
«¡Pará flaco! ¡Callate vos, caradura!», devolvió Bullrich. “¿Querés que te cuente de la plata de Yabrán que cobraste vos acá, caradura?”, siguió con más vehemencia.
“Cuidado, cuidado”, repitió con tono intimidatorio Bullrich, que pocos minutos antes, la ministra había confundido al diputado y ex ministro de Justicia Martín Soria con el actual ministro de Justicia bonaerense Juan Martín Mena.
El disparador de la balacera entre la funcionaria y un grupo de diputados kirchneristas y de izquierda fue el contrapunto que protagonizó con Nicolás del Caño (FIT), quien la cuestionó por la represión y le preguntó si consideraba a los manifestantes de las universidades públicas como “delincuentes”.
“De ninguna manera nosotros consideramos delincuentes a los manifestantes”, aclaró la jefa de la cartera de Seguridad.
“Ahora el que quema un auto, los que destruyen bienes públicos, ¿qué son si no son delincuentes? Explíquemelo usted. Nosotros siempre distinguimos el manifestante del señor que agarra un palo, le rompe la cabeza a otra persona. El señor que quema un auto, ese señor es un delincuente”, insistió.
En otro tramo, Bullrich defendió con firmeza la política del Gobierno de poner fin a la intermediación de las organizaciones sociales para el cobro de planes, y también la política de orden pública para impedir los cortes de calles y rutas.
“Hay más dinero para la represión que para la educación”, lamentó Del Caño.
La mención irritó a Bullrich, que le aclaró al diputado trotskista que las partidas que más crecen en el Presupuesto 2025 no son para Seguridad sino para Capital Humano.
“Capital Humano aumenta un 35% y el nuestro 19%”, explicó la ministra sobre la variación en términos reales de las asignaciones de recursos.
“Eso es una decisión del presidente de la Nación (Javier Milei) de tener una cobertura social fuerte, distinta, sacando del medio a los intermediarios, a los gerentes de la pobreza, los que les cobraban, los que los llevaban a las marchas”, indicó.
Según dijo, “el sistema de explotación que se utilizó durante todos estos años ha sido una brutalidad”.
“Eso se está superando. Eso es una recuperación de dinero para la gente que no le tiene que dar la plata a nadie. Es una recuperación de libertad”, sostuvo Bullrich.
“Durante 25 años salieron todos los santos días a la calle para impedir que los argentinos lleguen a su trabajo. Los que viven en el conurbano sur, los más pobres del Gran Buenos Aires, eran discriminados cuando venían a buscar trabajo a la Ciudad porque tenían el Puente Pueyrredón cortado”, indicó.
“Hay una decisión de este Gobierno de que haya orden público, que las calles no estén tomadas todos los días, que la gente no sea tomada como rehén”, concluyó.