Los cítricos no solo son deliciosos, también son aliados clave para mantenernos sanos en el invierno. Con creatividad y un poco de juego, podemos hacer que toda la familia -especialmente los niños- los incorpore de forma natural y feliz.
Cuando las temperaturas bajan es momento de preparar nuestro cuerpo para enfrentar los resfríos, las tos y ese cansancio típico de los días fríos. ¿La buena noticia? La naturaleza nos da un aliado sabroso y poderoso: los cítricos.
¿Por qué comer cítricos en invierno?
Los cítricos no solo son refrescantes y deliciosos. Son una verdadera bomba de vitamina C, ese nutriente esencial que fortalece nuestro sistema inmune, ayuda a prevenir enfermedades respiratorias y acelerar la recuperación cuando ya estamos resfriados.
Además, aporta antioxidantes, fibra, potasio, ácido fólico y otros compuestos que benefician la piel, la digestión y el corazón.
Los cítricos estrella del invierno
Esta época se llena de sabores intensos y aromas cítricos irresistibles. Entre los más recomendados:
- Naranjas y limones : Infaltables: Dulces, jugosos y llenas de vitamina C. Perfectos para jugos, postres o simplemente al natural.
- Limones y mandarinas : Fáciles de pelar, ideales en té caliente con miel, en aliños y preparaciones dulces o saladas. Potente antiséptico natural.
- Pomelos (o toronjas), clementinas y tangelos (especie de cítrico) : Más aromas: Un poco más ácidos, pero con beneficios antioxidantes increíbles.
- Clementinas y tangelos : Más aromáticos y dulces, muy populares en los mercados locales durante otoño e invierno.
¿Cómo consumirlos de forma entretenida?
Juegos de colores: Haz un arcoíris con rodajas de mandarina, limón, naranja y pomelo. A los niños les encantan los colores vibrantes.
Brochetas de frutas: Alternativa cítrica con trocitos de kiwi o plátano. ¡Una explosión de sabor y vitaminas!
Jugos y batidos: Combina naranja con zanahoria, o mandarina con frutilla congelada. Súper nutritivos y llenos de energía.
Cocina creativa: Usa ralladura de cáscara en queques, galletas o panqueques. El aroma cítrico encanta.
Cubitos divertidos: Congela jugo de naranja en moldes con formas. Agrégalo a agua o infusiones para un toque divertido.
¿Y cómo incentivamos a los niños?
Dales opciones: Que elijan entre naranja, mandarina o limón para preparar su jugo del desayuno.
Hazlos parte del proceso: Que te ayuden a pelar, exprimir o decorar.
Cuenta una historia: Por ejemplo, «la mandarina mágica que te protege del dragón de los resfríos».
Incluye en sus loncheras: Una mandarina pelada y separada por gajitos es perfecta para el recreo.
Dulces naturales: Cáscaras de naranja confitadas o chips de pomelo deshidratado pueden ser una alternativa sana y entretenida.
Los cítricos no solo son deliciosos, también son aliados clave para mantenernos sanos durante el invierno. Con creatividad y un poco de juego, podemos hacer que toda la familia —especialmente los más pequeños— los incorpore de forma natural y feliz.
