La historia de amor entre un boxeador a punto de retirarse y una prostituta que comete un error y un mafioso que maneja una pequeñ banda de narcos encarnado por Daniel Aráoz, son los ejes del thriller dirigido por el uruguayo Lucas Vivo García Lagos.
La historia de amor entre un boxeador a punto de retirarse, una prostituta que comete un error y un mafioso que maneja un pequeño universo de narcotráfico, apuestas ilegales y violencia, son los ejes de «Franklin, historia de un billete», un thriller dirigido por el uruguayo Lucas Vivo García Lagos protagonizado por Germán Palacios, Sofía Gala Castiglione junto a Daniel Aráoz, que este jueves llega a la cartelera argentina.
La opera prima de Vivo García Lagos rinde tributo a la tradición del cine Noir clásico, con un relato negrísimo ambientado en los barrios de La Boca y los márgenes de Puerto Madero, en donde parece que cada uno de los protagonistas cumple con un destino implícito y los intentos de redención y salida del submundo en que se mueven son una alternativa clausurada desde siempre.
«Yo no juzgo a mis personajes, creo que uno va contando historias y para eso trato de prepararme desde un lugar de verdad para hacer carne a quien me toca interpretar, en este caso Rosa», explica Sofía Gala Castiglione en charla con Télam en los estudios Pampa Film en el barrio porteño de Palermo.
«Me interesaba enfocar un poco más allá de la supuesta marginalidad, enfocar en esta mujer que se gana la vida como puede, que es una mujer fuerte, de armas llevar, con una perseverancia que la hace actuar y no comerse los mocos ante lo que sea», describe la actriz.
Rosa, claro, es la prostituta, víctima de la trata pero todavía capaz de soñar un futuro posible con Correa (Palacios), lejos de la sombra ominosa de Bernal (Aráoz), un hampón despiadado que rige la vida de ambos.
«Me pareció muy interesante la relación en torno al vínculo que tiene con su amor con Rosa (Gala), un amor por el que se juega», apunta a su turno Germán Palacios en relación a el motor de la historia, que se mantiene a pesar del peligro.
«Con el director hablamos mucho de que debía ser una película de vínculos, trabajar mucho los vínculos amorosos pero también otros, como los vínculos de poder», completa el actor, que reconoce que lo que lo atrajo de su personaje es «su condición de perdedor» pero que a la vez posee «una dignidad y una honorabilidad como muchas veces tiene la gente humilde».
La rectitud de Correa, dentro del complejo sistema de valores del mundo en que se mueve, se demuestra de manera concluyente cuando pasa años en prisión y no delata a su jefe Bernal, que reconoce su lealtad pero le exige un último trabajo antes de dejarlo ir: matar a Rosa, que inesperadamente se convirtió en un escollo insalvable para seguir operando con un comisario corrupto.
La película, que se completa con la participación de Isabel Macedo, Luis Ziembrowsky, Luis Brandoni, Joaquín Ferreira y Christian Salguero, es una tragedia en progreso que se explica a partir de la actual visión de la sociedad contemporánea de Vivo García Lagos.
«Son tiempos difíciles y siento que la sociedad nos propone que no hay salida, algo que en mucho tiene que ver con la clase política en general -indica-, pero también los medios, que fomentan la tensión y el odio, por eso la película es tan oscura».
«Frankin-Historia de un billete» parte de un guion original escrito por los hermanos Slavich («Epitafios», «Sr Ávila»), pero que el realizador intervino en dirección al policial más puro, «el guion tenía muchos elementos de humor, pero yo lo abordé directamente como un thriller», detalla el director (que fue productor de la reciente «Porno y helado») que se reconoce admirador del cine de Quentin Tarantino, David Fincher y Martin Scorsese, al que directamente califica de «genio».
Lo cierto es que la película dialoga de manera franca con «Tiempos violentos» (1994) de Tarantino, retomando la idea de un boxeador que decide romper en lazo con la mafia y escapar con su chica.
Las ideas y referencias de un novel director podrán ser una incógnita riesgosa para intérpretes ya consagrados como Germán Palacios o Sofía Gala Castiglione, pero que ambos descartan como un obstáculo.
«Lo que me sucede antes de encarar un trabajo es lo que yo lo llamo el acuerdo previo, cuando me voy a reunir con el director tengo una lectura mía personal y creativa del proyecto, a partir de ahí es un diálogo» revela Palacios al definir sus parámetros a la hora de aceptar un proyecto, «lo importante es que no haya sorpresas en el momento de empezar el rodaje».
Por su parte Castiglione descarta de lleno las posibles dificultades ante un realizador primerizo, «siempre es un riesgo, con cualquier director, como actriz no tengo mucha influencia en lo que va a pasar, lo único que puede manejar es mi trabajo y uno tiene que pensar es si te gusta o no la historia, dice Castiglione y completa «después está que me gusta arriesgarme para aprender e ir teniendo distintas experiencias, no me quiero pasar haciendo siempre lo mismo».
Fuente: Télam