El objetivo era tener una vista limpia hacia la propiedad de CFK. La información fue detectada en el celular de Uliarte y surge de mensajes de audio con el agresor. Los días previos al ataque Uliarte habló con la tercera detenida, Agustina Díaz, sobre distintas estrategias para concretar el magnicidio. Tras fallar el intento, Díaz le reprochó a Uliarte que hubiese mandado «al tarado de Sabag» y le aconsejó que se deshiciera de su celular. Los investigadores pusieron el foco en quién financiaba al grupo.
Fernando Sabag Montiel y su novia Brenda Uliarte, los dos detenidos por el intento de homicidio contra la vicepresidenta Cristina Kirchner, planeaban alquilar un departamento en el barrio porteño de Recoleta frente a la propiedad de la ex presidenta. El objetivo era tener una vista limpia hacia el departamento de la vicepresidenta para poder observarla. Este dato surge del peritaje sobre los mensajes de audio del celular de Uriarte, según una fuente de la investigación.
La información sobre la intención de alquilar un departamento en las inmediaciones del domicilio de Cristina Kirchner surge del teléfono de la propia imputada y abre para los investigadores una nueva incógnita: ¿quién financiaba los emprendimientos de esta banda criminal que tenía tiempo para hacer tareas de inteligencia y buscaba rentar una vivienda en Recoleta?
También surgieron nuevos datos tras la detención de Agustina Díaz, quién le cuestionó a Uliarte como había mandado «a ese tarado» de Sabag a concretar el ataque y le aconsejó que se deshiciera del teléfono.
Uliarte y Díaz, con anterioridad al atentado contra Cristina Kirchner, intercambiaron ideas acerca de cuál era la mejor opción para concretar el asesinato de la vicepresidenta.
La abogada y la vecina
En los últimas horas se conoció también que la abogada Gladys Egui, representante de militantes de dos militantes del partido de derecha Revolución Federal, le alquila una habitación a Ximena Tezanos Pinto, conocida en los medios como “la vecina de Cristina” por vivir en el piso de arriba de la ex presidenta. Como Página/12 informó, dos días antes del atentado los jóvenes representados por Egui, Leonardo Sosa y Gastón Guerra, estuvieron en la casa de Tezanos Pinto en una supuesta reunión “para hablar de política e intercambiar ideas”.
Egui representa a Sosa en una causa por resistencia a la autoridad ya que el día que el fiscal Diego Luciani pidió 12 años de cárcel para la vicepresidenta fue a festejar a la esquina de su casa y se trenzó con gente que estaba allí para apoyar a CFK. Guerra, también ligado al grupo “Nación de Despojados”, fue detenido por golpear la camioneta de Sergio Massa y agredir a un cronista de C5N.
Además de la relación entre Tezanos Pinto y la abogada de los militantes de Revolución Federal, Página/12 también informó sobre la relación de uno de los hijos de «la vecina de Cristina» con Mateo Stornelli y Julián Stornelli, hijos del fiscal Carlos Stornelli.
Insultos y quejas de la tercera detenida
Este martes se conoció también la detención de una tercera persona: Agustina Díaz, amiga de Uliarte, quie la tenía agendada como «amor de mi vida». A través de mensajes de texto, Díaz le recriminó a la novia de Sabag Montiel que el atentado hubiera salido mal y le recomendó que se deshiciera del su teléfono celular para ocultar cualquier prueba incriminatoria.
«Borrá todo», le indicó Díaz a Uliarte en comunicaciones que mantuvieron después de que el 1 de septiembre pasado fuera detenido Sabag Montiel tras intentar asesinar a la vicepresidenta.
Del peritaje del celular de Uliarte surge que la nueva detenida le reprochó, con insultos, que hubiera enviado a Sabag Montiel a ejecutar el asesinato y se preguntó si fue porque se puso nervioso que no logró su cometido.
De los intercambios extraídos del teléfono celular de Uliarte surge que Díaz le dijo: «¿Por qué falló el tiro? ¿Cómo mandaste a este tarado (por Sabag)? ¿Se puso nervioso?».
La detención de Díaz se produjo en el partido bonaerense de San Miguel, en el marco de una serie de operativos ordenados por la jueza federal María Eugenia Capuchetti y llevados a cabo por la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA).
La magistrada aún no fijó la audiencia indagatoria de Díaz, pero tiene 48 horas para hacerlo, y se espera que deje correr el plazo a la espera de que pueda ser obtenida toda la información albergada en los dispositivos electrónicos secuestrados en el allanamiento a la casa de Díaz.
En el allanamiento en el que se produjo la detención se secuestraron tres teléfonos celulares, de los cuales solo uno estaba activo, informaron las fuentes.
Las pruebas contra Díaz, que le serán exhibidas antes de la declaración indagatoria que se concretaría mañana, la ubican también intercambiando ideas con Uliarte sobre cómo llevar adelante un ataque contra Fernández de Kirchner.
Fuente: Página 12