Faltan apenas dos días para elecciones de medio mandato del próximo martes. Se juegan todas las bancas del Senado, un tercio de la Cámara de Representantes, lo mismo a nivel de los estados y 36 de los 50 gobernadores del país.
A solo unos pocos días de las elecciones de mitad de mandato en Estados Unidos, el presidente Joe Biden afirmó este fin de semana que los comicios de medio mandato del próximo martes serán «decisivos» para el futuro de la democracia en un acto junto a su ex jefe y mandatario Barack Obama en el estado clave de Pensilvania. Allí también hizo campaña el ex presidente republicano Donald Trump. Ninguno es candidato, pero los tres están convencidos que en esta cita a las urnas se definirá el escenario político para las presidenciales de 2024.
Además, en términos inmediatos, todos los ojos están puestos en Pensilvania, este antiguo bastión del acero donde el cirujano multimillonario Mehmet Oz, mundialmente famoso por su show televisivo «Dr Oz» y apoyado por Trump, se disputa la banca más peleada del Senado con el ex alcalde demócrata John Fetterman.
De este resultado depende muy posiblemente el equilibrio de poderes de la Cámara Alta, que decide sobre temas fundamentales para el país, entre ellos, los nombramientos judiciales. Actualmente, existe un empate en el Senado -50 a 50- lo que habilita a que, cuando los bloques votan con estricta disciplina partidaria, la vicepresidenta y titular de ese pleno, Kamala Harris, emita su propio voto y desempate a favor del oficialismo.
También la pelea será dura en Nueva York. La gobernadora demócrata Kathy Hochul enfrenta una contienda inesperadamente difícil ante el republicano Lee Zeldin, mientras que los titulares demócratas de la Cámara de Representantes federal están inmersos en apretadas batallas en todo el estado.
Además, la primera dama, Jill Biden, asiste este domingo a actos en favor de la jueza del condado de Harris, Lina Hidalgo, en Texas, mientras que la vicepresidenta Harris está en Chicago, cuyos suburbios albergan un par de elecciones competitivas para la Cámara de Representantes.
La ventaja inicial que los demócratas tenían en las encuestas en varias elecciones al Senado, incluidas las de Pensilvania, Georgia y Nevada, se ha reducido o evaporado por completo en las últimas semanas. Por esto, el partido ha decidido sacar a recorrer estos distritos a sus figuras más importantes.
Biden, que subió al escenario en Pensilvania junto a Obama en apoyo a los candidatos demócratas, arremetió contra el historial económico de su predecesor y recordó al público lo alta que era la tasa de desempleo cuando asumió un país «en pandemia sin un plan para salir adelante». «El poder de dar forma a este resultado está en sus manos», insistió el gobernante, que hasta ahora había evitado los actos masivos de campaña y se había volcado a la recaudación de fondos para su partido.
En un acto previo en apoyo al candidato demócrata al Senado, Obama advirtió que derechos como el aborto y el seguro social estarán en riesgo si los republicanos logran el control del Congreso, consignó el diario The Washington Post. «El martes asegurémonos de que nuestro país no retroceda 50 años», dijo este sábado Obama a cientos de votantes en la ciudad de Pittsburgh. «Enfurruñarse y deprimirse no es una opción. La única manera de salvar la democracia es si juntos luchamos por ella», sentenció.
El derecho al aborto, derogado por la Corte Suprema de Estados Unidos en junio, ha sido un tema central de la carrera en Pensilvania. Pero el aumento de los precios -un 8,2% anual en promedio en el país- sigue siendo, por lejos, la principal preocupación de los estadounidenses, y los esfuerzos de Biden por presentarse como el «presidente de la clase media» parecen insuficientes.
Pocas horas más tarde, a 400 kilómetros de distancia, Trump se mezcló con su adorada marea de gorras rojas para un mitin en la pequeña localidad de Latrobe, cerca de Pittsburgh. Y su próxima parada Miami junto a los dos senadores y varios representantes del estado. Durante años, Florida osciló de un partido a otro, pero recientemente ha tendido a los republicanos y no se considera un campo de batalla importante en estas elecciones.
Además, Florida podría servir como un importante campo de batalla en la futura pelea por la candidatura presidencial republicana para 2024 ya que su gobernador, Ron DeSantis, es considerado como el dirigente que podría disputarle ese lugar a Trump.
Después de una descarnada campaña centrada en la inflación, los republicanos se muestran cada vez más confiados en sus posibilidades de arrebatar al oficialismo sus mayorías el 8 de noviembre. De confirmarse las encuestas, el multimillonario republicano parece decidido a aprovechar este impulso para formalizar su candidatura a las presidenciales lo antes posible, quizás ya en la tercera semana de noviembre, reportó la agencia de noticias AFP.
Fuente: El Destape Web