La autora de «Por qué volvías cada verano» relató en una columna que finalmente su tío, quien abusó de ella en reiteradas ocasiones entre los 13 y los 17 años, fue condenado a 10 años de prisión.
La escritora Belén López Peiró contó en una columna periodística que su tío fue condenado a diez años de prisión por abuso sexual gravemente ultrajante: el hombre abusó de ella entre los 13 y los 17 años. «Volver a la escritura para dar vuelta la página. Volver ahí donde encontré reparación. Yo a partir de ahora me dedico a escribir otra cosa», afirmó ella.
«Se acabó. Ya está. Terminó. C’est fini. Me liberé. ¿Qué más? Después de nueve años y una denuncia. Declaraciones, pericias psicológicas, viajes de ida y vuelta a comisarías, fiscalías, tribunales de la nación. Un expediente: 500 páginas. Dos abogados. Una procuradora. Una comisión de justicia. Terapia por 15 años. ¡La mitad de mi vida!«, expresó López Peiró, de 30 años.
Para ella, la literatura se convirtió en el primer espacio tangible de justicia cuando publicó primero Por qué volvías cada verano y después Donde no hago pie.
Claudio Sarlo, quien abusó sexualmente de su sobrina reiteradas veces entre los 13 y los 17 años en la localidad de Santa Lucía (partido bonaerense de San Pedro), fue condenado el pasado 26 de diciembre a 10 años de prisión en suspenso y además deberá pagar 14 millones de pesos y no podrá mantener contacto con la víctima. Si bien podrá continuar en libertad al menos hasta que quede firme la condena, su sobrina encuentra cierta reparación en la letra de una medida judicial que llegó varios años después de cierta «reparación simbólica» que supo darle la literatura.
«Por fin, el 19 de diciembre llegó la audiencia de juicio. Y cinco días después, la sentencia. El veredicto del juez. Un juicio abreviado por el que luché para no declarar otra vez y otra vez, con el riesgo de perderlo todo. Y ahora lo digo bien, con todos los nombres que alguna vez no pude decir: Claudio Sarlo, excomisario de la provincia de Buenos Aires, tío político, padre de familia, abusó sexualmente de mí cuando era una niña y veraneaba en Santa Lucía, el pueblo donde nació mi madre. Abusó sexualmente de mí cuando todavía no sabía lo que era el amor», cuenta la autora en el texto que publicó en El País de España, en el que con un registro casi periodístico busca que la noticia salga a luz y trascienda las noticias del pueblo de Santa Lucía, donde tuvo cierto impacto.
«Escribí la columna principalmente porque quería dejar todo dicho ahí lo que quería decir para cerrar. Estoy bien, son unas semanas muy intensas. La noticia es importante: es un cierre y un alivio que esperaba hace muchos años”, sostuvo López Peiró consultada por Télam.
“Es reparador el fallo sí, pero la escritura fue el lugar donde encontré mi reparación. Sin embargo, el veredicto del juez que adhiere a lo que en un primer momento denuncié sin dudas es también un alivio. Estoy escribiendo y creo que esto me va a ayudar a poder sentirme más liviana y crear esos otros universos con mayor libertad”, precisó.
El abuso contado en la literatura
En Por qué volvías cada verano, la escritora narra el martirio que sufrió entre los 13 y los 16 años y que pudo denunciar en 2014.
La novela, que circuló silenciosamente hasta que la actriz Thelma Fardin la mencionó como el estímulo que la ayudó a denunciar por violación al actor Juan Darthés en 2018, cuenta la trastienda horrorosa de sus vacaciones en San Lucía, adonde como resume el título del texto llegaba cada verano para pasar tiempo con sus primas y amigas, mientras sus padres se trabajaban en la ciudad.
El texto desenmascara al comisario de pueblo campechano, que apoyaba su arma sobre una mesa de luz antes de acechar a su sobrina, mientras intenta construir un refugio para diluir las injurias de quienes la desacreditan y al mismo tiempo desanclarse del lugar paralizante de víctima.
Donde no hago pie retoma esa vivencia personal pero la prolonga con una procesión de cancelaciones, alegatos indignantes y un testimonio que debe volver a dar una y otra vez, como si su voz quedara enmudecida ante el intrincado engranaje legal.
Ambos textos buscan denunciar no solo al tío abusador sino a la trama de silencios y estigmas que corroe todo intento de resiliencia: el entorno que niega o las instituciones que dilatan el juicio e impiden la sentencia. Los dos libros se publicaron en España, donde reside López Peiró.
«No sabía si era necesario o no escribir esto. Pero quise hacerlo yo antes de que lo haga otra persona. Volver a la escritura para dar vuelta la página. Volver ahí donde encontré reparación», cierra el texto de la autora que promete que ahora sí podrá «escribir otra cosa».
Fuente: Página 12