«El Gobierno no está en condiciones de favorecer aumentos en la medicina prepaga, no se puede cargar eso sobre la gente», apuntó el presidente de la Nación, Alberto Fernández, al referirse a la desautorización al aumento del 7% en el abono de los servicios de medicina prepaga que las empresas del sector habían solicitado para aplicar a partir del 1° de febrero. «Yo no voy a permitirlo, por eso lo paré; no hay otra explicación», dijo, cuando fue consultado en la entrevista para una emisora radial acerca de la reunión que mantuvo esta semana en Casa de Gobierno con Claudio Belocopitt, titular de la Unión Argentina de Entidades de Salud privadas. «Le dije que si hay que ordenar el sistema de salud, ordenemos de verdad».
En otro orden, expresó que «si por nosotros fuera, no tocamos las tarifas, porque estamos renaciendo de las cenizas y todo lo que podamos hacer por contener y cuidar el bolsillo de la gente y favorecer el consumo, la producción y el trabajo, lo vamos a hacer».
Tarifas segmentadas
«No sé de dónde sale que hay una discusión sobre las tarifas. Ahora ya sabemos quién es quién, yo sé lo que ganan todos los empleados registrados, cuánto dinero ingresa en cada domicilio y entonces puedo intentar hacer las tarifas segmentadas», indicó el presidente.
Al respecto, explicó que sería una «tarifa para los que están muy mal, es la llamada tarifa social, y una tarifa según su sueldo (para una franja intermedia) y los que puedan, pagarán la tarifa plena».
En el caso de los combustibles, contó «puntualmente» el caso de YPF. Remarcó, en referencia a la gestión macrista, que a la petrolera estatal la «dejaron en una situación catastrófica, con una deuda en dólares caótica, y, como no soporta no tener aumentos de naftas, hemos hecho un sendero de corrección para que eso no se convierta en un disparador inflacionario». Indicó que este proceso lo va «siguiendo» y que cada paso se resuelve por acuerdo con el ministro de Economía, Martín Guzmán, ya que cada ajuste «termina influyendo» en los precios.
Salud e intermediación
Alberto Fernández consideró que es necesario «ordenar el sistema de salud». Así se lo planteó esta semana a Belocopitt, en una reunión de la que también participó el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero. «Estamos ante un problema estructural que hay que revisar». El titular del Ejecutivo señaló que tiene «una mirada muy positiva en cuanto a la calidad de atención del sistema de salud en comparación con otros países».
«El sistema atiende básicamente a la gente, pero la discusión es cómo se financia», apuntó, y luego se preguntó «por qué se le da plata a la actividad privada para que luego se la dé a las clínicas». Concluyó que «eso demuestra que hay un problema estructural en el sistema de salud que hay que revisar». Reconoció que «hay un problema de costos en la medicina prepaga y en las obras sociales», pero consideró que «el problema que está a la vista es que es un sistema de intermediación pura».
Por ello, insistió en que «no se puede cargar sobre la gente semejantes aumentos». «Cuando me enteré del aumento del 7% que regiría desde febrero, me pergunté, pero cómo, ¿en diciembre no se le había dado ya un 10%? ¿10 más 7% en tres meses? No, esto es un disparate, ordené pararlo y no pongo excusas».
Belocopitt, que previamente había agitado el fantasma de que había quienes alentaban «crear un sistema único de salud para tener el poder completo», tras la reunión en Casa de Gobierno bajó los decibeles y sostuvo que el Presidente le había transmitido «tranquilidad, en el sentido de que bajo ningún aspecto se está trabajando en una reformulación del sistema que lleve a una estatización ni mucho menos». Y afirmó que, «en la medida de las posibilidades, no vamos a mezclar cuestiones de negociación con la atención sanitaria de la gente”.