Un joven comenzó a ser juzgado como presunto autor del asesinato a balazos de sus padres, a fines de septiembre de 2019, en la localidad misionera de Comandante Andresito, informaron fuentes judiciales.
Alejandro Daniel Kirschner (26) está imputado por el «doble homicidio agravado por el vínculo y por el uso de arma de fuego, en concurso real con portación de arma de fuego de uso civil, sin la debida autorización legal», en perjuicio de Hilario Kirschner (61) y Mirta Sachser (54).
La Justicia de Misiones comenzó a juzgarlo este martes a Kirschner, que enfrenta la posibilidad de ser condenado a prisión perpetua por el delito de doble homicidio calificado.
En un primer momento los investigadores creyeron estar frente a un caso de robo seguido de muerte, pero en los días posteriores el hijo menor de la pareja quedó como el principal sospechoso.
De una serie de testimonios tomados por los investigadores surgió que la relación de Alejandro con sus padres no era buena, ya que el joven tenia un carácter muy confrontativo y sus padres habían comentado a familiares que notaron la sustracción de algunos elementos de valor de su casa. Además, le cuestionaban al muchacho su adicción a las drogas.
De acuerdo con la reconstrucción que realizó la Justicia, esa noche, pasadas las 20, el joven atacó con un elemento contundente primero a su padre, que estaba en el living de la casa, mirando televisión. Junto al sillón quedó tirado un vaso y los anteojos que usaba en forma permanente. Luego fue contra Mirta, que a esa hora horneaba pan porque al día siguiente tenían una reunión social.
Ambos fueron llevados aún con vida al dormitorio matrimonial, donde les disparó con un rifle calibre 22 que los investigadores nunca pudieron hallar. El horario se pudo establecer porque a las 20.05, Mirta envió un mensaje de texto a una prima, contándole que estaba horneando panes para un encuentro con amigos, al día siguiente.
El joven declaró ante la Policía que ese día había salido al atardecer de su casa y retornó cerca de la 1.30 del día siguiente, un domingo. Sostuvo que se encontró con la casa abierta y con un gran desorden. Tras hallar a sus padres muertos, fue a la casa de sus tíos, que residen en otra chacra cercana.
Alejandro fue detenido nueve días después en base a una serie de indicios. Sobre la cama se halló la huella de una zapatilla que coincide con la que calzaba ese día. A los investigadores les llamó la atención también que la habitación del joven fue la única que no estaba desordenada.