El mito de Hollywood murió el 4 de agosto de 1962, en circunstancias aún confusas. Su pasión por la literatura, el arte y sus textos más íntimos.
Marilyn Monroe en realidad se llamaba Norma Jeane Baker. Nació en Los Ángeles, el primer día de junio de 1926. Luego de una infancia tortuosa, varios matrimonios de joven y una exitosa carrera en el cine de la época, falleció en circunstancias confusas que aún dejan que hablar.
Un dato no tan conocido es que al momento de su fallecimiento la morada de Marilyn estaba repleta de libros. En su biblioteca se hallaron 461 ejemplares, entre ellos, Crimen y castigo, de Fiodor Dostoievski; Ulises y Dublineses, de James Joyce; Madame Bovary, de Gustave Flaubert; Hubo una vez una guerra, de John Steinbeck, y Fiesta, de Ernest Hemingway.
Además había textos de Truman Capote, Jean Paul Sartre, libros de filosofía, de arte y de psicología, entre otros. Monroe también leía mucho sobre historia, especialmente sobre Abraham Lincoln, el decimosexto presidente de los Estados Unidos. «Me interesaba todo sobre él. Era el único estadounidense famoso que se parecía más a mí, al menos por su desdichada infancia», explicó alguna vez la actriz.

La joven de 36 años tenia grandes complejos por no haber podido estudiar en su infancia. Su obsesión era aprender, poca gente sabía que cuando no asistía a estrenos y a fiestas nocturnas era porque iba a clases de Historia y Literatura en la Universidad de Los Ángeles.
Teniendo en cuenta esto, su faceta de escritora salió a luz un tiempo después de morir. En ese momento todos sus objetos personales se los dejaron a Lee Strasberg, director , actor, profesor de cine y de teatro. Al fallecer este con 81 años en 1982 recibió el legado su joven esposa Anna Strasberg. Este legado contenía vestidos, joyas, cosméticos, fotos y toda clase de documentos, entre ellos, Anna encontró dos cajas con poemas y manuscritos.
Con este material inédito, recién en 2010 se publicó el libro Fragmentos: poemas, notas personales, cartas en todo el mundo y dio cuenta de una faceta de Marilyn que había quedado escondida detrás del enorme mito que se construyó sobre ella. En ese volumen hay textos que la actriz escribió entre 1943, cuando tenía 16 años, y 1962, año en que murió.

En esta publicación te compartimos algunos de sus poemas:
MIEDO
Tengo tanto miedo a que no me quieran
que cuando me quieren
solo soy capaz de pensar
en el instante
cercano o lejano
en que dejarán de quererme.
PUENTES
Me gustaría estar muerta.
Me gustaría no haber existido.
Me gustan los puentes,
especialmente el de Brooklyn,
del rugido de los automóviles
tan tranquilo a pesar
debajo de los pies de los transeúntes.
Pero no hay ningún puente feo.
Quizá alguno no demasiado alto.

PIEDRAS
Piedras en el camino.
Son de todos los colores.
Yo las miro desde lo alto,
Pero sois vosotros
las que estáis más arriba
en un mundo perfecto
del que algún día yo
formaré parte.
CUERPO Y ALMA
Por mucho que acaricie tu cuerpo,
nunca llegaré hasta tu alma.
Aunque los que a mí me gustan
son más bien cuerpos desalmados.
En cambio yo,
no os lo vais a creer,
a veces tengo la sensación
de que soy un alma sin cuerpo.
HOY
Hoy no tengo ninguna
preocupación,
hoy respiro aire libre
al aire libre,
hoy no sufro
por el amor de nadie
ni recuerdo a la niña
humillada que fui,
hoy soy feliz,
hoy quisiera estar muerta.
SOLA
Sola. Estoy sola.
Siempre he estado sola,
pero hoy
ni siquiera me tengo a mí misma
para hacerme compañía.
TAL COMO SOY
Soy hermosa por fuera,
pero horrible por dentro.
Por eso me avergüenza
mirarme en el espejo
y en los ojos de los demás.
Temo que me vean
desnuda
toda mocos y llanto.
Tal como soy.
VERGÜENZA
Qué vergüenza tener treinta años
y ser una niña asustada.
Qué vergüenza que todos me miren
y tener ganas de llorar.
Qué vergüenza los periodistas
preguntándome cosas
y que yo no recuerde
ninguna de las cosas inteligentes
que aprendí para responderles
Qué vergüenza esta máscara
de hermosa rubia tonta
que tapa mi verdadero rostro
de tonta rubia tonta.
CARNE HUMANA
Soy dulce por fuera,
un cordero
que todos quieren acariciar.
Pero por dentro tengo garras
y enormes dientes
y ganas de devorar
carne humana.
Por dentro tengo tanta hambre
que me devoro a mí misma
y no me sacio nunca.