La Policía de Seguridad Aeroportuaria allanó el Gigante de Arroyito y la intendencia de Rosario Central en la mañana de este jueves por pedido del fiscal Miguel Moreno del Ministerio Público de la Acusación.
El allanamiento se da en el marco de una investigación de lavado de activos que data de 2020 contra el jefe de la barra brava, Andrés “Pillín” Bracamonte, quién fue asesinado el pasado 9 de noviembre cerca de la cancha del Canalla.
El legajo data de 2020, se empantanó el año pasado por una discusión de competencia de fueros, pero ahora nuevamente cobró impulso. Por este caso, a Bracamonte lo detuvieron en su casa del country Los Álamos de Ibarlucea. En junio de ese año, “Pillín” fue imputado por Moreno por haber lavado en ese momento 38,5 millones de pesos a través de testaferros y sociedades comerciales.
Según la investigación, se le adjudicó a Bracamonte solo en vinculación con Rosario Central “haber realizado un conjunto de maniobras consistentes en la utilización de personas de su confianza como prestanombres y administradores, y de la creación de sociedades comerciales, a través de las cuales puso en circulación en el mercado, bienes provenientes de presuntos ilícitos penales como amenazas coactivas, extorsiones, posible participación en maniobras defraudatorias que permitieron sus negociados ilícitos desde su posición” de jefe en la barra brava de Central.
El fiscal sostuvo que lo hizo con el objetivo de que “esos bienes que alcanzan provisoriamente la suma de unos 38 millones de pesos adquieran la apariencia de un origen lícito, con el consiguiente riesgo de producir alteraciones en el orden económico y financiero local y comercial, como así también afectando la administración de justicia provincial”.
Para el fiscal, el lavado se realizó a través de personas de su círculo íntimo y además mencionó una serie de empresas que tiene bajo investigación.
La investigación de Moreno mencionó la firma Vanefra SRL, a la que se describe como “una pantalla utilizada por Bracamonte, que pretende demostrar una actividad y un giro comercial que en la realidad no se advierte”.
También investiga las empresas Ser-eco SRL y Kabrasi SRL, en sociedad con el representante Juan Carlos Silvetti.
El MPA sostuvo en la causa que «Bracamonte, con el correr de los años supo imponerse a través del uso de la coacción y de la fuerza, supo perpetuar y agigantar su rol de líder de la barra de Rosario Central, y como consecuencia consolidó su influencia, contactos y el poder».
«Ser el líder de los llamados Pillines, posteriormente Guerreros, dejó de ser un simple puesto desde el cual obtenía cierto beneficio como algunas entradas a los partidos para los integrantes de la barra o colectivos para viajar de visitante a otro estadio. Bracamonte supo convertir su posición para crear un verdadero negocio ilícito y millonario, a través del uso de la fuerza, del manejo de cientos de personas que integran la barra brava canalla», expresó el fiscal en su acusación.
Moreno además analiza la sociedad que tuvo Bracamonte con Sergio Daniel Quiroga, quien fue el intendente del Estadio de Rosario Central. El vínculo es de acuerdo a la investigación del fiscal a través de la firma Ruffino SAS con facturación del 87% de sus ventas al club de Arroyito.
Además, se detalló que entre abril y agosto del año pasado, Bracamonte registró en 2020 facturas en carácter de monotributista, dirigidas en su totalidad a Central por un total de 465.570 pesos, en concepto de “venta de mates y bombillas, vasos de vidrio, e indumentaria deportiva”.
A la vez, Moreno vinculó a “Pillín” con Jorge Andrés Bilicich, el representante que actuó como intermediario en la venta del jugador Gastón Ávila de Rosario Central a Boca Juniors. Según dijo el fiscal, el personal del club indicó que el pago a Bilicich fue a través de 10 cheques por el mismo importe que retiró el mismo representante, el último de los cuales fue secuestrado en el country donde residía el jefe de la barra.