En la XV Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, el director del Indec remarcó la importancia de los datos de las estadísticas para «marcar el rumbo de cuáles son las políticas o acciones» a seguir.
América Latina y el Caribe es «pionera en la región en materia de perspectiva de género e inclusión de estadísticas de género» y «un ejemplo a nivel mundial sobre todo lo que se ha avanzado», dijo este jueves Marco Lavagna, director del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), en la XV Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe.
En la presentación del documento «Romper el silencio estadístico para alcanzar la igualdad de género en 2030», el director del Indec remarcó la importancia de los datos de las estadísticas para que «permitan a las distintas áreas de gobierno y de la sociedad civil poder marcar el rumbo de cuáles son las políticas o acciones sobre las distintas temáticas a seguir», expresó.
«Romper el silencio estadístico para alcanzar la igualdad de género en 2030: aplicación del eje sobre sistemas de información de la Estrategia de Montevideo para la Implementación de la Agenda Regional de Género en el marco del Desarrollo Sostenible hacia 2030» es el título completo del informe, en donde se expusieron los datos de los nudos estructurales de género de las relaciones de poder en la región.
Informe: «Romper el silencio estadístico para alcanzar la igualdad de género en 2030»
El informe se realizó con datos de la Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe (Cepal) y la Conferencia Estadística de las Américas (CEA) -actualmente Argentina se encuentra ejerciendo su presidencia-, y busca «romper el silencio estadístico y visibilizar una distribución inequitativa del poder, los recursos, el tiempo, la riqueza y el trabajo».
La presentación se realizó en el Salón Libertador del Centro de Convenciones del Hotel Sheraton con la presencia de autoridades de toda la región, quienes remarcaron la importancia del informe.
«Para la CEA el documento es sumamente importante porque nos permite tener una línea de trabajo, y para la Cepal también porque nos permite tener un eje por el cual coordinar las acciones», señaló Lavagna.
Para alcanzar la igualdad de género en el año 2030, según detallaron en el documento, es necesario afrontar cuatro nudos estructurales: la desigualdad socioeconómica y la persistencia de la pobreza en el marco de un crecimiento excluyente; los patrones culturales patriarcales, discriminatorios y violentos y el predominio de la cultura del privilegio.
Y también la división sexual del trabajo y la injusta organización social del cuidado, en donde se estima que las mujeres realizan un 74,5% de este trabajo; y la concentración del poder y las relaciones de jerarquía en el ámbito público.
Según el documento, los nudos estructurales constitutivos de las relaciones desiguales de poder en la región se encuentran «intrínsecamente relacionados», por lo tanto para poder realizar cambios en esas relaciones se debe realizar una «reorganización total de esa estructura», y los datos estadísticos pueden servir para visibilizar y comprender las formas de discriminación y desigualdad.
Los datos del informe evidenciaron que la división sexual del trabajo persiste en la región y constituye la principal barrera para una mayor participación de mujeres en el mercado laboral.
La región había superado la barrera del 50% de participación laboral de las mujeres, pero con la llegada de la pandemia de Covid-19 esa cifra retrocedió a cifras similares a las de 18 años atrás: en la actualidad 1 de cada 2 mujeres no participa en el mercado laboral, mientras que en el caso de los hombres esta cifra asciende a 1 de cada 4.
Los datos del informe evidenciaron que la división sexual del trabajo persiste en la región y es la principal barrera para una mayor participación de mujeres en el mercado laboral
A su vez, las estadísticas muestran una menor participación de mujeres en los sectores de mayor productividad de la economía, como las áreas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (CTIM) y otras.
Asimismo, existe una gran proporción de mujeres que no cuentan con ingresos propios, ya que en 2020 llegaba al 27,8%, mientras que esa cifra en los hombres era del 12%.
Las tasas de pobreza tuvieron una tendencia decreciente hasta 2014, pero la pandemia afectó las tasas de pobreza en hombres y mujeres aumentando las cifras alrededor de 204 millones en 2020, de los cuales 81 millones se encuentran en situación de pobreza extrema.
En el año 2020, por cada 100 hombres de entre 20 y 59 años en situación de pobreza había 113 mujeres en la misma situación.
Respecto al trabajo doméstico y de cuidados no remunerado, se estima que las mujeres dedican casi el triple de tiempo que los hombres, y en los países que valorizaron económicamente estas tareas representa un 21,3% del Producto Bruto Interno (PBI), y las mujeres realizan un 74,5% de ese trabajo.
A su vez, 1 de cada 3 mujeres se inserta en sectores de la economía del cuidado.
En el año 2020, por cada 100 hombres de entre 20 y 59 años en situación de pobreza había 113 mujeres en la misma situación
Las cifras por violencia por razones de género contra las mujeres persiste en la región afectando a 1 de cada 3 mujeres; como así también la prevalencia del matrimonio infantil, en donde 1 de cada 5 adolescentes o niñas en 2020 iniciaron una unión temprana o contrajeron matrimonio antes de los 18 años.
En el 2000 un 31,7% de los cargos directivos estaban ocupados por mujeres, y en 2019 la cifra ascendió a un 38,4%, pero en la actualidad las mujeres continúan siendo una minoría en el ámbito político, ocupando en 2021 un 33,6% de las bancas.
La Estrategia de Montevideo constituye una hoja de ruta para alcanzar la Agenda 2030, aprobada en el marco de la XIII Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, desde la perspectiva de la igualdad de género, la autonomía y los derechos humanos de las mujeres.
Fuente: Télam