La entidad lucha a diario contra el maltrato y el abandono animal y genera recursos a través de variadas actividades.
El abandono y el maltrato animal son dos realidades que se verifican como moneda corriente en la ciudad de La Rioja. Desde 1996, año en que obtuvo su Personería Jurídica, la Asociación Protectora de Animales (APA) trabaja desde su lugar civil para contrarrestar este flagelo social.
El pasado 13 de agosto los integrantes de la entidad se reunieron para renovar autoridades. Así, el traspaso de mando se dio entre Silvia Meyer y quien por dos años estará al frente de la entidad, la abogada Mariela Manrique.
«Somos un equipo de voluntarias que trabajamos en distintas áreas con el único objetivo de proteger a los animales, de luchar contra las injusticias que cometemos los seres humanos», fue la primera definición dada a NUEVA RIOJA por la actual responsable de APA.
Manrique explicó que la asociación no recibe ningún tipo de ayuda estatal, ni municipal ni provincial, para mantener el refugio donde, actualmente, viven entre 60 y 70 perros.
En consecuencia, la labor diaria es ardua y grande: «generamos constantemente actividades destinadas a hacer frente a las innumerables necesidades. Alimento, remedios, atención veterinaria, pago del personal que trabaja en el predio, elementos de limpieza», detalló la presidente.
En el mismo sentido aclaró: «cada una de nosotras se ocupa de algo distinto. Tenemos quien coordina las castraciones de bajo costo, quien se encarga de organizar ferias americanas, de asociar personas a la entidad, de conseguir madrinas y padrinos de castración y de alimentos y de las adopciones responsables».
Mariela Manrique valoró el aporte social: «gran parte de la sociedad es empática con los animales y a eso lo valoramos mucho. Nuestra tarea sería imposible sin el sinfín de personas que nos ayudan a diario. Están aquellos que donan ropa, libros, objetos para ser puestos a la venta, aquellos que se acercan a nuestro stand de venta en las ferias, quienes contribuyen mensualmente con aportes económicos, quienes generan una red solidaria al momento de adoptar un perrito del refugio».
Según indicó la autoridad de la entidad proteccionista los objetivos a corto plazo son realizar algunas mejoras en el predio que poseen y generar un fondo médico que les permita afrontar los gastos veterinarios y de remedios que surgen cotidianamente: «queremos y necesitamos autosustentarnos. Hay una enorme predisposición social, pero en tiempos de crisis no alcanza y no se le puede pedir más a la gente».
Ley
Un aspecto central que atiende APA tiene que ver con el respeto a la Ley 14346 referida al Maltrato Animal. Desde su rol de abogada, Mariela Manrique viene trabajando desde hace tiempo en La Rioja para afrontar esta problemática.
«Estuvimos reunidos en la Legislatura provincial con los diputados Juan Carlos Santander, Carla Aliendro y Renzo Castro. Los legisladores compartieron con nosotros la labor que desarrollan con el proyecto de Ley de Cuidado Responsable de Animales Domésticos que ya tiene estado parlamentario», explicó la presidente de APA quien valoró el gesto ya que, según dijo «al ser conocedoras del problema nos pidieron que leamos el proyecto y que hagamos las sugerencias que consideremos necesarias».
Otro frente de acción se dará en el Consejo de Abogados, donde junto a Alina Machicote, se presentará una iniciativa para que se cree el Instituto del Derecho Animal.
«En la sociedad hay mucha voluntad de visibilizar el maltrato y el abandono, pero muchas veces las denuncias no llegan a buen puerto porque las autoridades ponen escollos. La gente quiere poner una denuncia y no obtiene una fácil respuesta entonces desiste. Esto tiene que cambiar», sentenció la proteccionista.
Educación
Un punto central en la protección de los animales llega de la mano de la educación, del acercamiento y formación de las nuevas generaciones.
Manrique comentó que se está comenzado a realizar una labor continua en escuelas: «en la Gabriela Mistral trabajamos con la charla ‘Animalitos en acción’ y se hizo lo propio en la Escuela San Francisco».