La postura argentina en la ONU sobre los derechos indígenas llamó la atención al ser el único voto en contra entre 168 países.
La resolución, apoyada por 168 países, busca promover la justicia, el cuidado del medio ambiente y la preservación cultural.
La decisión argentina refleja la alineación de su política exterior bajo Javier Milei, que prioriza la relación con Estados Unidos e Israel.
El rechazo argentino ha causado revuelo, especialmente porque Washington votó a favor y otros seis países se abstuvieron.
La votación ha despertado preocupación entre organismos internacionales por el nuevo enfoque de derechos humanos en la política exterior argentina.
La resolución busca reforzar los derechos de las comunidades indígenas en áreas como justicia, medio ambiente y preservación de lenguas y tradiciones ancestrales. Insta a que los pueblos indígenas participen en decisiones que afecten sus territorios y sus recursos naturales, promoviendo así el consentimiento libre, previo e informado. Además, enfatiza la necesidad de proteger sus derechos culturales y de reconocer la importancia de sus conocimientos y tradiciones en el contexto de políticas ambientales.
El documento fue promovido por Bolivia, Dominica, Ecuador, Liberia, México, Paraguay y Venezuela. En la votación, 168 países apoyaron la resolución, mientras que Argentina fue el único en votar en contra. Estados Unidos votó a favor, en línea con su apoyo habitual a los derechos indígenas. Entre los países que se abstuvieron se encuentran Francia, Laos, Lituania, Mali, Rumania y Eslovaquia.