La Selección fue ampliamente superior y venció por 1 a 0. Nicolás Otamendi, con un golazo de volea a los 3 minutos del primer tiempo, le dio el triunfo a la Scaloneta, que lidera la tabla con 9 puntos.
Una multitud colmó esta noche el estadio Monumental para alentar a los campeones del mundo en la victoria por 1 a 0 ante Paraguay, por la tercera fecha de las Eliminatorias sudamericanas rumbo al Mundial de Estados Unidos, México y Canadá 2026, y se deleitó con el fútbol del conjunto dirigido por Lionel Scaloni.
Con una gran concurrencia desde temprano, dado que se abrieron las puertas de la cancha de River desde las 16, los hinchas llenaron las tribunas y vivieron una previa a pura música.
Las primeras canciones para el equipo se desataron al ver la llegada del plantel en la pantalla gigante, mientras que el capitán Lionel Messi se llevó la ovación inicial de la jornada pese a no integrar el once desde el arranque.
Más tarde fue el turno de los mediocampistas Rodrigo De Paul y Leandro Paredes, quienes cumplieron con su cábala de comer caramelos en el círculo central, y del «Dibu» Emiliano Martínez, que hasta volvió a bailar en el precalentamiento a pedido de los hinchas.
Minutos después salió el resto de los jugadores y la «Pulga» se hizo dueño de la segunda gran ovación personal de la noche al escucharse un estruendoso «que de la mano de Lionel Messi todos la vuelta vamos a dar».
El himno fue entonado por el cantante Abel Pintos, en un emotivo momento de la jornada, y luego Argentina comenzó el partido con el pie derecho por un sorpresivo gol del defensor Nicolás Otamendi que alimentó el clima festivo en las tribunas.
El primer tiempo mostró a una hinchada completamente metida en el juego, con más reacciones a lo sucedido dentro de la cancha que canciones: pasaba de los gritos expectantes ante cada intervención de Julián Álvarez, a las quejas por el arbitraje y el «ole» en las mejores jugadas colectivas del conjunto de Lionel Scaloni.
La parte inicial culminó con un sublime rendimiento futbolístico del seleccionado albiceleste, que se lució pese a que no pudo trasladar al marcador el dominio rotundo y se fue al descanso con un 1 a 0 que dejó sabor a poco, debido a que tuvo oportunidades para alcanzar una goleada en los primeros 45 minutos.
Ya a los 7 minutos del segundo tiempo llegó el deseado ingreso de Messi y la cancha se vino abajo para recibir al mejor jugador del mundo, que atesoró otra serie de ovaciones para su inmensa colección y pegó un remate de tiro libre en uno de los palos del arco rival.
El último tramo del partido, pese a la poca holgura del resultado, fue puro disfrute en el Monumental. El equipo se fue al vestuario en medio de un contundente «dale campeón.