El secretario general de la CTA convocó a acrecentar la movilización en la calle, luchar contra la resignación y situó a Cristina Kirchner como quién marca el rumbo político. «Hablar de correlación de fuerzas tiene sentido si es para modificar esa correlación a favor de los sectores populares», reclamó Yasky.
El plenario de la CTA de los Argentinos en Avellaneda ratificó la necesidad de «construir conciencia de clase» y sostener la unidad de la coalición de Gobierno, pero reivindicó la capacidad de disentir y movilizarse en las calles para modificar los problemas no resueltos con la urgencia de cerrar el paso para el retorno del neoliberalismo. Jorge Ferraresi y Hugo Yasky estuvieron sentados en la mesa con Cristina Fernández de Kirchner, a quien pusieron en el centro de la escena como el corazón que marca el rumbo político y a la Yasky definió como «la figura más importante de la política argentina».
Hay que «luchar contra la sensación de que sólo podemos administrar los tiempos», dijo el secretario general de la CTA. Sostuvo que si eso continúa muchos de los «que confiaron en nosotros» dejarán «de creer en nosotros». Y explicó que «el peor enemigo que tenemos que derrotar» es «la resignación y el confort con la limitación«. En ese contexto llamó a «recuperar la movilización de nuestro pueblo con el objetivo de abrir los caminos y que esta crisis no nos deje encerrados». El ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat había hablado primero. Convocó a «construir conciencia de clase» y «mantener las convicciones» y arengó cuando sostuvo que «las elecciones se ganan con convicciones, así que a ganar las elecciones de 2023 con las convicciones bien altas».
A las calles
Luego de saludar la presencia de dirigentes de la CGT, organizaciones sociales, funcionarios nacionales, de la provincia de Buenos Aires y empresarios pymes con los que «luchamos contra el neoliberalismo y la especulación financiera», Yasky reivindicó la figura de CFK. La definió como «la figura política más importante» y recordó que cuando ella dejó el gobierno y tuvo que ir a Comodoro Py para declarar en las causas que le habían armado, volvió a señalar la necesidad de la unidad como el camino político que había que transitar. «La resistencia era necesaria, pero –dijo– sin la construcción de una fuerza quedábamos en un callejón sin salida, y eso es lo que nos abrió el camino».
El secretario de la CTA enumeró el camino de la unidad. Primero, Unidad Ciudadana para después «seguir creciendo y ensanchando» el espacio con el Frente de Todos. «La unidad que tenemos la obligación de defender –dijo Yasky–, pero defender la unidad no es hacer silencio para ser parte de un conglomerado que no tiene voz. Defender la unidad es levantar la voz, es decir las cosas que no andan bien y las cosas que tienen que andar bien. Es tener la capacidad de escuchar a nuestra gente, a nuestros compañeros. De ser capaces de entender cuáles son las cosas que estamos haciendo mal, cuales son los problemas que tenemos que resolver y ser capaces de poner eso en discusión».
«Lo mas confortable sería guardar silencio y no aceptar en ningún momento eso que ahora se plantea, que es la correlación de fuerzas. Ser capaces de conocer la correlación de fuerzas tiene sentido si es para imaginar los caminos para modificar esa correlación a favor de los sectores populares», continuó. Y agregó: «elegir una relación que nos resulte confortable mientras, lo sabemos, una inmensa cantidad de hogares en la Argentina todavía padece para llegar a fin de mes. Digo «todavía», porque gobernamos nosotros, si gobernaran los otros, esos que hicieron de nuestro país una destrucción, emplearía otro término«.
En ese contexto, llamó a «luchar contra la sensación de que solo podemos administrar los tiempos». Y señaló aquello de «la resignación» como el «peor enemigo». «No podemos dejar de plantear aquellas cuestiones que son imprescindibles», agregó, y propuso acrecentar «la movilización popular en la calle».
Las convicciones
Ferraresi abrió y cerró su intervención con Belgrano. Al comienzo uso una frase de 1812: “Si es cierto, como lo aseguran los economistas, que la repartición de las riquezas hace a la riqueza real y verdadera de un país, de un Estado entero, elevándolo a un mayor grado de felicidad, mal podría haberla en nuestras provincias. Existe el contrabando y con él, el infernal monopolio, y se reducen las riquezas a cuantas manos le arrancan el jugo a la patria y arrastran a la miseria el resto”. Al final volvió a otra cita del creador de la bandera: «Jamás el crédito puede ser útil al Estado. El grueso interés del dinero invita a los extranjeros a venir a hacerse acreedores del Estado».
Luego de repasar los años de gestión kirchnerista y «padecimientos» del macrismo, el ministro marcó la disputa de clases. «Una de las cosas que tenemos que empezar a construir es la conciencia de clase. Ya debatimos el tema de la batalla cultural, esta bien, es cierta, pero tenemos una dificultad porque enseguida perdemos la idea del lugar de donde venimos», dijo. Y habló del Presidente de la UIA, que en contraposición, en el año 2019, se quejó del gobierno de Mauricio Macri, y dijo que era el peor gobierno de los últimos 50 años y no el mejor como se habían anunciado, pero así y todo, dijo: «lo voy a votar». Tenía, dijo Ferraresi, identidad de clase.
«Ahí es donde perdemos –dijo–: nunca perdamos la identidad de clase». El ministro recordó a la ahora vicepresidenta electa de Colombia, Francia Márquez. La recibió hace poco, casi en soledad en el Instituto Patria. «Cuando nadie creía» en el triunfo de la izquierda en Colombia, dijo. «Ella tampoco creía demasiado», explicó. Y dijo que en aquel momento le mencionó a ella una frase de Néstor Kirchner. «Lo importante no es ganar las elecciones, lo importante es no perder las convicciones», recordó. Después, trasladó esa experiencia al campo político argentino y convocó a ganar las próximas elecciones con las convicciones bien altas.
Fuente: Página 12