El ayuno puede resultar altamente provechoso para algunas personas, siempre que sea llevado a cabo bajo la supervisión adecuada.
De acuerdo con la Dra. María José Seminario, médico general del Centro Médico Plaza Lima Sur de la Clínica Ricardo Palma, el ayuno implica abstenerse de consumir alimentos durante un período de tiempo específico, pero no es tan sencillo. Esta práctica se puede llevar a cabo por diversas razones, tanto religiosas como por motivos de salud, pero en todos los contextos necesita del asesoramiento adecuado para funcionar correctamente. “Se ha demostrado que si se lleva a cabo de la manera correcta, el ayuno intermitente, que alterna entre períodos de alimentación y abstinencia, puede tener efectos positivos en la salud metabólica y la longevidad”, agregó.
“En realidad, existe una variedad de formas de ayunar. A veces, ayunar significa evitar ciertos tipos de alimentos, como carbohidratos o grasas. Otras veces, significa reducir las calorías en general. Luego, está el tipo de ayuno en el que no comes (o a veces bebes) nada durante un día o más”, aclaró el Dr. Nizar Zein, hepatólogo de Cleveland Clinic. También indicó que el ayuno suele realizarse de distintas formas y por distintos motivos, como los siguientes:
- Ayuno religioso: Muchas religiones promueven alguna forma de ayuno como ejercicio espiritual.
- Ayuno intermitente: Existen diferentes tipos de ayuno intermitente, patrones de alimentación que se centran en reducir conscientemente las calorías durante determinados periodos de tiempo. Esta práctica consiste en alternar intencionalmente períodos de alimentación y ayuno (a veces descritos como “patrones” o “ciclos” de ayuno).
- Dietas restrictivas: En la dieta cetogénica, por ejemplo, las personas que la siguen eliminan todos los carbohidratos y azúcares de sus dietas.
- Ayuno antes de un procedimiento médico: Su médico podría indicarle que ayune antes de someterse a una cirugía o ciertos tipos de análisis de sangre, pruebas de imágenes o procedimientos de diagnóstico.
En realidad, existe una variedad de formas de ayunar. A veces, ayunar significa evitar ciertos tipos de alimentos, como carbohidratos o grasas. Otras veces, significa reducir las calorías en general.
¿Cualquier persona puede poner en práctica el ayuno?
Según la Dra. Seminario, si bien el ayuno puede ser beneficioso para muchas personas, no es adecuado para todos. “Las personas que padecen ciertas afecciones médicas, como la diabetes o los trastornos alimenticios, deben abstenerse de practicar el ayuno sin la supervisión adecuada de un profesional de la salud, al igual que las mujeres embarazadas”, destacó.
Es necesario hacer énfasis en la importancia de asistir a una consulta con un profesional antes de iniciar cualquier régimen alimenticio, sobre todo si existen condiciones médicas preexistentes. “Para aquellos que optan por ayunar, es crucial adoptar un enfoque seguro y responsable”, resaltó.
Antes de empezar a ayunar, es necesario asistir a una consulta con un profesional de la salud. Si la persona no cuenta con ninguna afección adicional, de todos modos necesita contar con el asesoramiento de un especialista, pues un ayuno mal realizado puede tener consecuencias sumamente negativas para la salud, como la hipoglucemia, la deshidratación y la pérdida excesiva de masa muscular. Igualmente, el ayuno prolongado o extremo puede provocar deficiencias nutricionales y trastornos alimenticios.
6 consejos para ayunar de forma segura
Si el paciente ya cuenta con la aprobación de un médico, el Dr. Zein compartió los siguientes consejos para iniciar -y continuar- su ayuno de la mejor manera:
1. Hacerlo con calma: Comenzar abruptamente un ayuno es un shock para el organismo, por lo que lo mejor será reducir gradualmente el consumo de alimentos y bebidas durante varios días antes de empezar a ayunar. Si el cuerpo del paciente está acostumbrado a repostar energía con regularidad, es posible que le resulte difícil mantener los niveles de energía durante un ayuno.
2. Reducir el consumo de azúcar con antelación: Lo mejor será mantener baja la ingesta de azúcar antes de ayunar. Aunque los alimentos y bebidas dulces resultan satisfactorios momentáneamente, tienen distintos efectos secundarios, como la debilitación y el hambre del paciente. Para tener suficiente energía a largo plazo, sirve planificar las comidas previas al ayuno y llenarlas de carbohidratos complejos (como pasta integral, arroz integral y papas) y proteínas (como carne, frijoles y legumbres).
3. Planificar con anticipación los medicamentos: Antes de iniciar cualquier tipo de ayuno, es necesario hablar con un especialista sobre cualquier mediamente recetado que el paciente esté tomando. Esto se debe a que algunas medicinas deben consumirse con alimentos, mientras que otras no. En esos casos, se necesitará de la orientación de un doctor para modificar el ayuno de manera segura.
4. Beber mucha agua: Algunos ayunos religiosos, como el mes musulmán del Ramadán, restringen todos los alimentos y bebidas, incluyendo el agua. En estas situaciones, es especialmente importante hidratarse con antelación para prevenir la deshidratación. Esto servirá para mantener los niveles de energía y disminuir los posibles efectos secundarios, como calambres estomacales, irritabilidad y los acertadamente llamados dolores de cabeza por hambre.
5. Reducir la actividad física: No es una buena idea hacer ejercicio intenso cuando no se está comiendo ni bebiendo. Si el paciente no planea reponer nutrientes por un tiempo, es preferible que conserve su energía para las actividades diarias vitales.
6. Liberarse de ello: Al terminar el ayuno, el paciente necesitará reponer sus calorías gradualmente en lugar de comer una gran comida de inmediato, a pesar del hambre que pueda tener. Esto le ayudará a evitar cambios rápidos en el nivel de azúcar en la sangre y la fatiga asociada al consumo de una gran cantidad de alimentos.
La Dra. Seminario agregó que también es importante escuchar a tu propio cuerpo al momento de ayunar. “Presta atención a las señales de tu cuerpo durante el ayuno. Si experimentas mareos, debilidad o malestar, detén el ayuno de inmediato y busca atención médica si lo sientes necesario”, sostuvo.
“El ayuno puede llegar a ser una práctica muy saludable. Los estudios han demostrado que el ayuno intermitente y ciertas dietas restrictivas pueden ser buenos para la salud del corazón, ayudar a perder peso y mejorar el colesterol. Del mismo modo, existen teorías de que el ayuno periódico puede ayudar a vivir más tiempo, mejorar la función cerebral y prevenir enfermedades neurodegenerativas. Sin embargo, si se realiza de manera inadecuada, también puede tener consecuencias terribles para la salud, como la deshidratación y el estrés mental”, concluyó el Dr. Zein.