La Plaza del Pesebre se convirtió en el escenario de un emotivo encuentro donde las familias riojanas celebraron las vísperas de la llegada del Niño Dios. Bajo un clima de alegría y devoción, la comunidad compartió cantos, danzas tradicionales y el inconfundible sonido de la Banda del Municipio, que acompañó la festividad.
El intendente Armando Molina estuvo presente en la celebración, destacando la importancia de estas tradiciones que fortalecen la identidad cultural y espiritual de los riojanos. “Estos momentos nos preparan para vivir un Tinkunaco eterno, con unidad y esperanza”, expresó el jefe comunal ante los asistentes.
Pacotas, música y la participación activa de vecinas y vecinos hicieron de la noche un encuentro único, reafirmando el compromiso del municipio de Capital con la promoción de actividades que resalten los valores de la comunidad.