La llegada como técnico del ídolo de Boca al club rosarino no es gratis. El rol del presidente de la AFA, el papel de Bragarnik y el acompañamiento político del macrismo.
La llegada de Carlos Tevez a Central como técnico va acompañada por la irresistible tentación del poder y el dinero. Esa es la trama real, lo demás – resultados deportivos mediante – está por verse. La sugerencia del presidente de la AFA, Claudio Chiqui Tapia, convenció al vice del club rosarino, Ricardo Carloni, de que el ex jugador de Boca era la mejor opción tras la salida de Leandro Somoza del cargo. Tapia y Tevez son íntimos amigos. Pero la operación no se hubiera completado sin la participación de otros personajes clave: el empresario dominante en el mercado argentino, Christian Bragarnik, y el ex entrenador de las selecciones de hockey sobre césped, Carlos Chapa Retegui. El primero aportará los refuerzos y el segundo el carnet de DT que le falta al ídolo xeneize para conducir al equipo. Esta jugada audaz de una parte de la dirigencia –la restante quería a Pablo Vitamina Sánchez en el puesto– abrió una grieta en el club. Los críticos ven en el arribo de esta entente cordial la iniciativa de un grupo de oportunistas. Los que se ilusionan perciben la chance de reposicionar a una institución muy popular, flaca en resultados y sin plata.
Tapia vive en el country Sofitel de Cardales desde que le desvalijaron su casa de Caballito en 2017. Tevez también era vecino de ese barrio cerrado, aunque se mudó el año pasado a La Horqueta, en San Isidro. La amistad que mantienen trasciende incluso alguna presunta operación comercial. El dirigente le habría comprado la casa al ahora técnico de Central. Esa relación también excede las cuestiones políticas. El Chiqui continúa como vicepresidente del CEAMSE con el apoyo de Horacio Rodríguez Larreta y hace un fino equilibrio con el gobierno nacional. La sugerencia de Tapia a Carloni –confirmada por una fuente certera a este cronista– se combinó con el proyecto de Tevez para ser director técnico. Ahí es donde ingresa a esta historia el multifacético Retegui.
Ex jugador de hockey, ex entrenador de las Leonas y los Leones, ex concejal de San Fernando por el Frente para la Victoria, ex director nacional de Deportes en la gestión de Claudio Morresi y efímero secretario de Deportes en CABA –había asumido el cargo a mediados de enero pasado-, tan cercano al kirchnerismo en su momento como al macrismo ahora, Retegui dice que saltó la grieta. También saltó de un deporte al otro, como lo hiciera Ariel Holan en 2004 cuando pasó del hockey a trabajar con Jorge Burruchaga en Arsenal. El Chapa había llegado al gobierno de Horacio Rodríguez Larreta con el apoyo de Daniel Angelici, otro amigo de Tevez. Esos lazos desembocan en el restante protagonista de esta operación de alto impacto en Rosario: el omnipresente Bragarnik, otro amigo del ex dirigente de Boca y bastonero de la UCR porteña.
Carloni impuso su postura sobre la del presidente del club, Rodolfo Di Pollina, quien sufrió una indisposición cardíaca y se apartó de las negociaciones. La sugerencia de Tapia pasó a los hechos y todo quedó convenido en las oficinas del representante de Tevez, el abogado Adrián Ruocco. Ahí estaba Bragarnik, cuya influencia en el mundo del fútbol es hoy predominante. Demasiado lejos quedó la creación junto a Diego Lemme del American DyJ Group Sud SA, el 5 de noviembre de 2010. Este último es el actual presidente de Defensa y Justicia, donde reemplazó a su padre, José Lemme, en octubre de 2021. El 18 de agosto de 2011 el empresario que ahora extiende sus dominios a Central, constituyó Score Fútbol –su empresa más conocida- con dos socios: Bocha Valeri y Gustavo Marcelo Papagna.
El proyecto que lidera Tevez tiene bastante resistencia en el club. Socios, socias e hinchas se juntarán este lunes 20 a las 16 en la sede del Cruce Alberdi. Quieren debatir sobre la llegada del grupo Bragarnik y convocan a las diferentes agrupaciones políticas internas. Los une la consigna naciente “Central es mucho más que un negocio”.
Carlos Del Frade, periodista, escritor, diputado provincial santafesino por el Frente Social y Popular y además hincha, le dice a Página/12: “Central ha terminado reducido a ser una plataforma de negocios como muchos clubes en la Argentina. Tapia, Angelici, los grandes medios de comunicación de Buenos Aires y una comisión directiva que ya no tiene legitimidad política porque le han rechazado la memoria y balance, desesperada por ver si intenta retener el poder, cayó muy lejos desde el origen. Me parece que estamos asistiendo una vez más a un lugar de lavado de dinero en el fútbol donde se hace realidad la vieja frase de Julio Grondona que para mí es la mejor síntesis sobre lavado del mundo. Decía que ‘en la AFA no se pregunta sobre el origen del dinero’. Lamentablemente esto termina siendo una especie de decorado frente a lo que significa el negocio de pocos por medio de la manipulación de la pasión popular”.
El Foro Canallas Unidos, que llegó al gobierno de Central en 2018 con Di Pollina, Carloni y otros directivos que ahora cuestionan la llegada de Tevez, quedó partido. Del Frade agrega que “es un momento muy triste y un problema de primera línea del fútbol rosarino, con el saqueo de las divisiones inferiores y un momento de quiebre de nuestra identidad, de algo popular por excelencia. Central es hijo de trabajadores ferroviarios y hoy se convirtió en una plataforma de negocios”.
En octubre se realizarán elecciones en el club y el sector de socios que se autoconvocó para el encuentro de este lunes, pide que se llame a una asamblea extraordinaria. Temen lo peor, aunque los grandes medios digan otra cosa. Para los comicios ya se lanzaron el ex futbolista y asesor estratégico de la FIFA, Gonzalo Belloso, junto a su esposa, Carolina Cristinziano, quien se autopostuló a la presidencia de Central en 2018 como “una estrategia de marketing”. El matrimonio volvería a intentarlo. Carloni –se dice– haría otro tanto por fuera del oficialismo, aunque su futuro político dependerá de cómo le vaya a Tevez.
A una institución en esas condiciones, donde el líder de la barra brava, Andrés Pillín Bracamonte, hizo tabla rasa de las divisiones inferiores, llegará el ídolo de Boca para debutar como técnico. El club le entregará el manejo del fútbol no a él y sí a Bragarnik. La fórmula en que basa su éxito el empresario para controlar un club más y de gran convocatoria.
Fuente:: Página 12