El cabo primero Sergio Alejandro González fue condenado en Santa Rosa, La Pampa, por el delito de violencia de género y de violencia institucional, cometido en enero de 2018.
Un integrante del Ejército fue condenado en Santa Rosa, La Pampa, a tres años de prisión en suspenso por el delito de abuso sexual simple cometido en 2018 hacia una soldada voluntaria, se informó este jueves.
Se trata del cabo primero Sergio Alejandro González del Comando de la Brigada Mecanizada N°10 del Ejército Argentino de la capital pampeana, explicó el sitio web de la fiscalía.
El tribunal, integrado de manera unipersonal por el juez José Mario Triputti, declaró, en sintonía con lo solicitado por la representante del Ministerio Público Fiscal (MPF), que el hecho fue cometido en el marco de violencia de género y también de violencia institucional.
A su vez, el magistrado ordenó la indemnización por daño moral y material sufrido, que había sido pedido por el defensor público.
El hecho ocurrió el 3 de enero de 2018 cuando la víctima se encontraba de servicio efectivo de la guardia pasiva.
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En su fallo el juez Triputti citó la ley 26.485, de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales.
El artículo 4 define la violencia contra las mujeres como “toda conducta, acción u omisión, que, de manera directa o indirecta, tanto en el ámbito público como en el privado, basada en una relación desigual de poder, afecte su vida, libertad, dignidad, integridad física, psicológica, sexual, económica o patrimonial, como así también su seguridad personal. Quedan comprendidas las perpetradas desde el Estado o por sus agentes”.
Por su parte, el informe técnico del área especializada de la Policía de La Pampa, donde la víctima hizo la denuncia, concluyó que la mujer fue “víctima de violencia de género bajo su forma sexual y psicológica”, ya que manifestó “sentimientos inherentes a los de una víctima de este tipo de situaciones como de culpa, angustia, pensando en el qué dirán sus compañeros y autoridades”.
La víctima fue desvinculada del Ejército en diciembre del 2018, luego de una lesión de tobillo que le impidió pasar una prueba física.
Al ser interrogada en el juicio sobre qué consecuencias le ocasionó este hecho desde lo personal, lo económico y lo laboral, manifestó que psicológica y emocionalmente le cambio absolutamente todo, ya que recordar el hecho le genera nervios y ansiedad.
Fuente: Télam