El Tribunal de Impugnaciones ratificó la condena contra el oficial Ricardo Dante Rodríguez Garay, quien asesinó de más de 30 disparos al camionero riojano Federico Orihuela durante una persecución en 2024.
El Tribunal de Impugnaciones del Poder Judicial de San Juan, integrado por los jueces Renato Darío Roca, Maximiliano Blejman y Eduardo Raed, resolvió este miércoles 10 de diciembre de 2025 rechazar el recurso de impugnación presentado por la defensa del policía Ricardo Dante Rodríguez Garay. Con esta decisión, quedó firme la condena a prisión perpetua dictada en mayo de este año por el homicidio del camionero riojano Federico Gastón Orihuela, ocurrido durante una persecución policial en Valle Fértil en febrero de 2024.
Rodríguez Garay había sido sentenciado por el delito de “homicidio agravado por haber sido cometido por un miembro de las fuerzas policiales abusando de la función o cargo”, previsto en el artículo 80 inciso 9 del Código Penal. La defensa buscaba su absolución o, en forma subsidiaria, que el caso fuera recalificado como un exceso en el cumplimiento de un deber. Alegaron que el oficial actuó motivado por la necesidad de detener una conducta “potencialmente letal”.
Sin embargo, tanto la Fiscalía como la Querella sostuvieron que no existió tal circunstancia y que el accionar del imputado se apartó del marco legal. El Tribunal de Impugnaciones coincidió con esa postura y ratificó que el uso de la fuerza por parte del policía fue “notoriamente abusivo” y ajeno a los protocolos.
Un uso desmedido de la fuerza letal
El tribunal de juicio ya había señalado que la conducta del oficial excedió de manera flagrante los límites normativos. Determinó que la evasión del control policial por parte de Orihuela no constituía un peligro inminente ni una agresión ilegítima que justificara la utilización de armas de fuego.
Uno de los argumentos centrales de la defensa fue la supuesta falta de dolo homicida, sosteniendo que los más de treinta disparos fueron “disuasorios” y dirigidos a zonas bajas para frenar el camión. Pero la pericia balística contradijo completamente esta versión.
Las pruebas demostraron que los disparos fueron realizados a corta distancia, a entre 1 y 2 metros, con tres armas distintas, y que la trayectoria era ascendente, impactando por encima del metro de altura. La mayoría de los impactos se concentraron en la parte frontal derecha de la cabina, donde se encontraba el conductor. Orihuela recibió siete lesiones compatibles con proyectiles de arma de fuego.
Con estos elementos, el Tribunal revisor concluyó que el accionar del oficial reveló “una voluntad orientada a causar un resultado mortal”.
Una pericia descartada y testigos clave
La defensa también intentó fundamentar su teoría en una pericia de absorción atómica que arrojó un resultado “característico”, para sostener que el camionero pudo haber manipulado un arma. No obstante, el Tribunal consideró que se trataba de una prueba inespecífica y contaminada, sin valor conclusivo.
Además, ningún testigo presencial —incluidos los policías Aciar y Elizondo— declaró haber visto a Orihuela con un arma o haber escuchado disparos desde el vehículo del camionero.
Condena ratificada
Finalmente, el Tribunal de Impugnaciones desestimó cada uno de los argumentos de la defensa y confirmó la sentencia a perpetua. Señaló que el fallo original se basó en una valoración integral, sólida y coherente del material probatorio.
Con esta decisión, Rodríguez Garay quedará firme como autor responsable de un homicidio agravado cometido mediante un uso ilegítimo y desproporcionado de la fuerza policial, en un caso que generó fuerte repercusión en la provincia y la región.
