El gobierno de Nicolás Maduro intensifica la presión sobre la embajada argentina en Caracas, donde seis opositores al régimen se encuentran refugiados. La reciente retirada de la custodia brasileña y el despliegue de fuerzas de seguridad en las inmediaciones elevan la tensión diplomática.
Las fuerzas de seguridad venezolanas rodean la residencia de la embajada argentina en Caracas, donde seis dirigentes opositores al régimen de Nicolás Maduro se encuentran refugiados desde hace varios meses. La tensión crece tras la decisión del gobierno local de retirar a Brasil como custodio de la sede diplomática.
Desde agosto, el país presidido por Lula da Silva había asumido la responsabilidad de la seguridad de la embajada argentina luego de que el gobierno de Javier Milei retirara a su cuerpo diplomático por orden de las autoridades venezolanas. Sin embargo, en un sorpresivo movimiento, Maduro decidió revocar la autorización.
Con la retirada de la seguridad brasileña, la embajada argentina quedó expuesta, lo que ha generado gran preocupación en el gobierno libertario, que sigue de cerca la situación.
Pedro Urruchurtu, coordinador internacional del partido opositor Vente Venezuela (VV), fue uno de los primeros en denunciar públicamente la presencia de fuerzas de seguridad venezolanas rodeando la embajada. Según Urruchurtu, patrullas del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN) y el DAET, cuerpos de seguridad de elite del régimen, están estacionadas en las inmediaciones de la residencia argentina.
En sus redes sociales, expresó su alarma: “Patrullas junto a funcionarios encapuchados y armados asedian la residencia argentina en Caracas”, lo que refuerza la tensión en el lugar donde los dirigentes opositores se encuentran en calidad de refugiados.
Otro de los opositores refugiados, Omar González Moreno, miembro de la dirección nacional de Vente Venezuela, también alzó la voz, denunciando que el gobierno de Maduro ordenó el corte de suministro eléctrico en la embajada.
Esta acción incrementa aún más la vulnerabilidad de los dirigentes refugiados, que dependen de servicios básicos para sobrevivir en condiciones dignas dentro de la residencia diplomática.
Crisis diplomática
El creciente asedio ocurre en un momento clave para las relaciones diplomáticas entre Argentina y Venezuela. Recientemente, la Cancillería argentina solicitó a la Corte Penal Internacional (CPI) que emita una orden de captura contra Nicolás Maduro y otros líderes del régimen, en respuesta a los cuestionados comicios presidenciales de Venezuela el pasado 28 de julio.
El cerco a la embajada argentina en Caracas y las acciones del régimen venezolano están generando una fuerte presión internacional, mientras organismos de derechos humanos siguen de cerca los acontecimientos, temiendo por la integridad de los dirigentes opositores refugiados en la sede diplomática.