El encuentro se llevó a cabo en Montevideo con las máximas autoridades de los distintos países y con un Uruguay en rebeldía, que pide por más flexibilización para las decisiones unilaterales.
La LXI Cumbre de Jefes de Estado del Mercado Común del Sur (Mercosur) se dio este martes entre tensiones por los pedidos de flexibilización por parte de Uruguay y terminó con dos comunicados. Uno de carácter más político, firmado por todos los miembros del bloque y asociados en el que ratificaron su compromiso de «continuar fortaleciendo y profundizando el desarrollo económico de la región». Y otro, únicamente del órgano ejecutivo del Mercosur pero que no fue acompañado por Uruguay y solo llevó la firma de Argentina, Brasil, Paraguay y Bolivia (en proceso de adhesión), en el que evaluaron el «proceso de integración regional».
La tensión a la Cumbre la puso Lacalle Pou a tan solo unos días de que se produjera el encuentro en donde iba a jugar de local, como presidente pro-témpore de la alianza sudamericana. La semana pasada hizo el pedido de solicitud de ingreso al Tratado del Transpacífico -o conocido por sus siglas TPP11-, y en ese contexto llegaron este lunes a Montevideo el presidente argentino, Alberto Fernández, el de Paraguay, Mario Abdo Benítez y el vicepresidente brasileño, Hamilton Mourao, en representación de Jair Bolsonaro.
En el comunicado emitido luego de que Alberto tomara la presidencia pro-témpore, Paraguay, Brasil, Bolivia y Argentina pusieron en palabras el valor del “compromiso de continuar trabajando de manera conjunta y coordinada a efectos de contribuir a la recuperación económica” de los Estados parte, a raíz de las consecuencias ocasionadas por la pandemia de Covid-19. Además, de destacar la importancia de mantener una “visión amplia e integral, con el objetivo de trabajar en la consolidación y el perfeccionamiento de la unión aduanera”.
También, manifestaron su preocupación por los efectos del conflicto en Ucrania y “lamentaron” las consecuencias humanitarias, los impactos negativos en los mercados internacionales de alimentos, de energía y de insumos de producción. En tanto, subrayaron la “necesidad” de establecer mecanismos que permitan solucionar, con carácter definitivo, “los obstáculos que afectan el comercio entre los Estados Partes”.
En la evaluación que hicieron marcaron cinco grandes ejes: la dimensión económica-comercial, los aspectos institucionales, la dimensión ciudadana, la integración fronteriza y la adhesión de Bolivia, que es Estado asociado junto con Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú y Surinam.
Entre los puntos más destacados -y el punto de tensión sobre el que se sentó la Cumbre- que se pueden leer se encuentra el apartado de “Revisión del régimen de origen del Mercosur” en donde señalaron los avances en modernización del instrumento para llevar a cabo negociaciones “esencial para la integración de los sectores productivos de los Estados Partes, a los efectos de simplificar las reglas y adaptarlas a la actual realidad del comercio internacional”. Y, otro, como las negociaciones externas. En ese punto, Argentina, Brasil, Paraguay y Bolivia, coincidieron en la necesidad de “continuar modernizando la agenda externa del bloque con vistas a contribuir a su inserción en la región y en el mundo y al desarrollo económico y social de los países que lo integran”. Allí, hicieron mención a distintos acuerdos en los que el bloque ha avanzado y dejaron de lado la posición uruguaya sobre los pedidos de flexibilización para las negociaciones unilaterales.
En los sub-ejes, las autoridades en general recalcaron los trabajos realizados de manera conjunta en materia aduanera, comunicacional, de servicios y del sector automotor, entre otros, tanto en pos de la integración del bloque como en la reducción de asimetrías entre los países. En cuanto al Foro Empresarial del Mercosur como un espacio de “fortalecimiento a la integración productiva en los sectores farmacéutico, cine, audiovisual y agrosostenibilidad”.
Las agendas de medio ambiente y comercio y género fueron los puntos señalados como “transversales” y, también, de importancia para la eliminación de barreras para la participación de mujeres en las economías nacionales, internacionales en los ámbitos privados y públicos.
Pese a las tensiones hubo un comunicado conjunto
Pese a los cruces que protagonizaron Lacalle Pou y Fernández, los representantes de los Estados parte del bloque sudamericano pudieron sentar una posición conjunta que volcaron en diez páginas y 53 puntos específicos. Allí, pronunciaron sus compromisos en materia de defensa y fortalecimiento de las instituciones democráticas y el Estado de Derecho, por la promoción de la paz, el desarme nuclear y su preocupación por la guerra en Ucrania.
A su vez, “condenaron enérgicamente” los violentos atentados que afectaron recientemente a Ecuador, en donde la crisis carcelaria llegó a las calles con muertos y represión .
La seguridad alimentaria, el cambio climático y el desarrollo sostenible con políticas que cuenten con un enfoque inclusivo y sostenible, fueron parte de los puntos que desarrollaron. Allí, como cada vez, también estuvo presente el pronunciamiento por la soberanía de las islas Malvinas.
Fuente: El Destape