No tenía entrenamiento ni experiencia, pero Puelo, un perro mestizo rescatado, se convirtió en una de las estrellas más queridas de la serie El Eternauta en Netflix.
Había sido abandonado siendo apenas un cachorro y creció en una parroquia del barrio San Telmo, en Buenos Aires. Allí, rodeado de comunidad y afecto, se volvió parte del paisaje. Cuando el perro originalmente elegido para la serie no lograba adaptarse al rodaje, alguien sugirió a “Puelo, el callejerito del barrio”.

Y lo que pasó fue mágico: caminó por el set con una calma sorprendente y se pegó a Ricardo Darín como si se conocieran de toda la vida. No necesitó ensayos. Solo ser él mismo.
Hoy, Puelo tiene 9 años, vive tranquilo con su cuidador, y ya es una leyenda silenciosa del cine latinoamericano. Puede que vuelva en la segunda temporada… pero su historia ya es inolvidable.
