Un estudio de IDESA advierte que eliminar tributos distorsivos sin caer en déficit es casi imposible. El IVA aparece como alternativa para reemplazarlos.
La presión tributaria, una de las principales preocupaciones del Gobierno nacional, enfrenta fuertes restricciones por los compromisos asumidos en el marco del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Un reciente estudio privado revela cuáles son los tributos que más distorsionan la economía y qué margen real tiene la administración de Javier Milei para reformar el sistema impositivo.
De acuerdo con el Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA), aproximadamente el 30% de la recaudación total de Nación, provincias y municipios proviene de impuestos considerados distorsivos, es decir, aquellos que elevan el costo de producción.
Los tributos que más pesan sobre la producción
Entre los principales impuestos señalados por IDESA se encuentran el impuesto al cheque y las retenciones a las exportaciones, a nivel nacional; Ingresos Brutos y el impuesto a los sellos, a nivel provincial; y la tasa de industria y comercio, en el plano municipal.
“El impuesto al cheque recaudó 1,6% del PBI y los derechos de exportación un 1% del PBI. A nivel provincial, el impuesto a los Ingresos Brutos recaudó 4,2% del PBI y el impuesto a los sellos 0,4%. A nivel municipal, la tasa de industria y comercio recaudó 0,8% del PBI”, detalla el informe.
En total, se estima que estos tributos representan un 8% del PBI, lo que equivale a casi un 30% del total de los recursos con los que cuenta el sector público en sus distintos niveles. “Se confirma así que no hay posibilidades de eliminar o reducir estos impuestos distorsivos sin volver a caer en déficit fiscal”, concluye el estudio.
¿Qué impuestos podrían subir? El rol del IVA
Frente a la dificultad de eliminar estos tributos sin afectar el equilibrio fiscal, IDESA sugiere considerar el IVA como una alternativa más neutral. “El IVA es un impuesto neutral que no afecta al precio final”, sostiene el informe, que propone avanzar hacia un “super IVA” que podría absorber muchos de los gravámenes provinciales.
Sin embargo, la posibilidad de reducir la alícuota del IVA —por ejemplo, del 21% al 10,5%— como se había prometido durante la campaña, parece lejana. Según datos de consultoras privadas, sin la suba de otros tributos, esa baja sería fiscalmente inviable.
Presión tributaria vs. tipo de cambio: un conflicto de objetivos
La reducción de la carga impositiva es un eje central del discurso oficial, pero choca con otros objetivos estratégicos como el de mantener un tipo de cambio competitivo. “Desde el punto de vista de la producción nacional, a este nivel de tipo de cambio se intensifican los problemas de competitividad. Es decir, las dificultades que se enfrentan para exportar y competir con los productos importados persisten”, alerta IDESA.
En este sentido, el estudio advierte sobre un “conflicto de políticas públicas”. Mientras los empresarios reclaman una baja de impuestos para mejorar la competitividad, el Gobierno reconoce que el margen para avanzar en esa dirección sin poner en riesgo el equilibrio fiscal es mínimo.
Qué plantea el acuerdo con el FMI sobre el sistema impositivo
Por su parte, la consultora Vectorial comparó el nuevo acuerdo con el FMI, firmado por el ministro Luis Caputo, con el que había suscrito Martín Guzmán en 2022. Según su análisis, el entendimiento actual profundiza la orientación fiscal del Gobierno.
“En el apartado fiscal, el acuerdo alcanzado con el FMI profundiza la orientación actual del Gobierno en dicha materia. Así, pasa de proyectar para 2025 un superávit primario del 1,3% del PBI al 2,2% en 2026 y 2,5% para el trienio 2027-2029”, detalla el informe de Vectorial.
Además, advierte que se trata de “una meta ambiciosa y exigente”, teniendo en cuenta que el acuerdo de 2022 aspiraba a reducir el déficit primario de -3% del PBI a -0,9% en un plazo de tres años.
Sobre las reformas impositivas, Vectorial señala que no hay grandes cambios respecto del planteo anterior: “Se señala la necesidad de crear un sistema tributario con mayor eficiencia y progresividad y menores niveles de distorsión”.