Las movilizaciones se realizaron en «repudio al intento de avasallar derechos» por medio del DNU 70/2023 y la denominada «Ley ómnibus» se replicó entre las 18 y las 20 en distintos lugares del país con manifestaciones artísticas y ruidazos.
La protesta organizada con el título «Cacerolazo cultural» en «repudio al intento de avasallar derechos» por medio del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 70/2023 y la denominada ley ómnibus impulsadas por el Gobierno nacional se replicó este miércoles entre las 18 y las 20 en varias plazas del país con manifestaciones artísticas y ruidazos sostenidos.
En la ciudad de Mendoza, manifestantes se concentraron este miércoles por la tarde en el kilómetro cero de esa capital en rechazo del DNU y el proyecto de ley ómnibus impulsados por el Gobierno nacional y entre los que se ubicaron sobre la peatonal Sarmiento, se sumaron autoconvocados, algunos con carteles con las frases «cultura es identidad», «la cultura no se vende y «arte es trabajo».
También artistas callejeros con sus malabares participaban de la jornada, en la que se vio un importante despliegue policial.
En dialogo con Télam, previo a la manifestación Santiago Clement, integrante de la Asamblea Cultural de Mendoza, adelantó que además de la concentración estaban previstas algunas intervenciones artísticas.
El escritor destacó que la manifestación es «en contra del DNU y la ley ómnibus» impulsadas por el Gobierno nacional, normativas a las que consideró «un ataque generalizado a todo el sector de la cultura» tras mencionar los perjuicios que provocaría al Instituto Nacional del Teatro, el Fondo Nacional de las Artes, al Instituto Nacional de la Música, entre otras.
En tanto, en la ciudad de San Rafael, al sur provincial, jóvenes se manifestaron con bombos y algunos carteles en la esquina de San Martín y Mitre, sin cortar el tránsito vehicular.
En La Plata, el «cacerolazo cultural» transcurrió bajo la lluvia, y reunió a artistas de distintas disciplinas, emprendedores, artesanos, representantes de la educación y de la gestión cultural de la Plata, Berisso y Ensenada, que se congregaron frente a las escalinatas del Pasaje Dardo Rocha, frente a la Plaza San Martín para expresar su repudio a las medidas que, entre otras cuestiones, buscan desfinanciar y eliminar «los fondos de asignación específica con gran peso en el fomento a la cultura», explicaron desde la organización.
Frente a un escenario montado en la esquina de 6 y 50, los primeros en expresar su postura fueron una murga y una cuerda de tambores que le pusieron música y danza a la tarde, y que alentaron consignas como «unidad/de los trabajadores/ al que no le gusta/ se jode».
Además, la jornada de protesta fue acompañada por la participación de bandas musicales, artistas visuales, recitadores, y representantes de distintas instituciones, quienes advirtieron sobre el impacto de las medidas en las distintas áreas, como Juan Manuel Rocha, en representación de la Asociación de Directores de Coros de la Republica Argentina; Diana Fainstein, directora teatral; y Gisela Nomdedeu, del Instituto Nacional del Teatro.
En la vereda del Pasaje se montó una feria de emprendedores y artesanos que además de vender sus productos, convocaron a la gente a producir su propio cartel de grabado con leyendas en contra de las medidas nacionales.
El cacerolazo cerró con la lectura de un documento que será presentado ante el Concejo Deliberante de La Plata para que los representantes locales se pronuncien en contra del DNU y la ley ómnibus.
En Mar del Plata, miles de trabajadores del cine, asociaciones de actores, libreros y escritores se reunieron en el monumento a San Martín con cacerolas y una banda que tocó en vivo.
José Britos, miembro de la Comisión directiva de la Asociación de Trabajadores de Teatro de la zona Atlántica (ATTRA), contó a Télam que se unieron a la iniciativa porque entienden que «es un terrible avasallamiento a la actividad, tanto sea desde el desconocimiento como desde la mala fe».
«Ya antes del envío de la ley ómnibus se había comenzado una campaña de difamación y de desprestigio de la entidad subestimando a los propios artistas donde se los considera instrumentos de índole partidario, cosa que negamos rotundamente», enfatizó.
Una importante cantidad de personas también participó por la tarde del cacerolazo cultural en la ciudad de Córdoba que se concentró en la Plaza Vélez Sarsfield de la capital y sin cortar la calzada.
La plaza, situada en la neurálgica esquina de Vélez Sarsfield y Boulevard San Juan, frente al Shopping Patio Olmos, estuvo colmada por más de 3.000 personas, según precisaron los organizadores locales de la convocatoria.
«Las alas son nuestro trabajo. Si cierran el Fondo Nacional de las Artes, muchos artistas y personas quedan sin trabajo. Si cortan la cultura cortan nuestras alas», rezaba una de las pancartas que dejaron ver los participantes.
La convocatoria fue denominada a nivel local como el «Cordobazo Cultural», y se desarrolló mientras hacían lo propio manifestantes con el mismo reclamo en el resto de las provincias. Entre cantos, los presentes repetían «se va a acabar esa cultura de ajustar» o «arriba la cultura».
En Rosario, centenares de trabajadores e integrantes de agrupaciones culturales comenzaron a concentrarse junto a vecinos desde las 18 horas en la explanada del Centro Cultural Fontanarrosa, en la céntrica Plaza Montenegro. Desde allí y desplegando una bandera de grande dimensiones en la cual se leía la frase «Encendamos la lucha contra el apagón cultural», los manifestantes marcharon por calle San Luis, luego Buenos Aires y finalizaron en la Plaza 25 de Mayo.
«La Cultura resiste. NO al DNU. NO a la Ley Ómnibus»; «Sí a la Ley del Libro», podía leerse entre las numerosas banderas y pancartas que portaban los marchantes.
«Nos organizamos y movilizamos para luchar contra el DNU inconstitucional del gobierno de (Javier) Milei, la aprobación de la ley ómnibus y el protocolo antipiquetes de Patricia Bullrich», dijeron los manifestantes en un documento.
La solicitada sostiene también que tanto el DNU 70/2023 como la denominada ley ómnibus, «constituyen un atropello a leyes existentes en el plano económico, laboral y cívico».
Santiagueños de distintos rubros de la cultura se sumaron a la gran manifestación nacional en una jornada de protesta que se llevó a cabo en el Teatro del Pueblo, en la ciudad capital De Santiago del Estero, donde trabajadores de la cultura iniciaron una performance de baile, danza y al ritmo de los bombos y redoblantes, denominado «No es No», para luego seguir con una asamblea.
Con grandes carteles «No al DNU, abajo el protocolo represivo» y «Unidos para sostener nuestra cultura», los integrantes de la asamblea dijeron: «Nos sumamos a este cacerolazo para encender el fuego de la lucha para que no se apague la cultura» y pidieron a los diputados y senadores que «legislen a favor del pueblo».
En Bariloche, la sede fue el Centro Cívico, donde al son de los tambores y cacerolas, se escuchó el rechazo a las a las propuestas oficiales con la única bandera del Frente Cultural Bariloche, que nuclea a asociaciones del sector así como artistas autoconvocados, quienes se dieron cita desde las 19.
Allí hubo más de dos centenares de músicos, teatreros, artistas plásticos, malabaristas, escritores, productores, titiriteros y cineastas, entre otros, además de vecinos.
Durante una hora se expresaron consignas cantadas, como la clásica «el pueblo, unido, jamás será vencido», al ritmo de la música improvisada por los diversos instrumentos que llevaron los participantes y comandada por ocho tamboriles del ensamble de La Nube, que se ubicaron bajo la polemizada e intervenida estatua del General Roca.
Luego de la concentración y a propuesta de uno de los escritores participantes, los manifestantes atravesaron las arcadas del Centro Cívico y pasearon el «Ruidazo Cultural por la calle Mitre, Villegas y Moreno, para volver a la plaza a continuar con la protesta.
Paraná fue otro de los puntos de la protesta, ya que en la explanada de la Casa de Gobierno de Entre Ríos, y frente al Poder Judicial hubo manifestantes cuestionando que las decisiones nacionales afectan «a la cultura y al trabajo» y provocan «más precarización en un ámbito que ya está por demás precarizado».
En San Luis, el lugar elegido fue la Plaza Pringles donde Vanina Escudera, gestora cultural de la ciudad, planteó que «con esta ley miles de familias se quedaran sin su fuente de ingresos, en un contexto económico esta situación es insostenible, confiamos que nuestro legisladores estén del lado del pueblo trabajador y que no se permita ese atropello».
Estas acciones también se llevaron a cabo en otros puntos de la provincia como Villa Mercedes y Merlo.
Una gran cantidad de referentes del arte y trabajadores del campo de la cultura riojana también participaron de una ruidosa marcha en la Plaza 25 de Mayo, manifestando su preocupación y repudio a las iniciativas legislativas.
Justamente, esta marcha surge de la Asamblea Autoconvocada por la Cultura que se conformó en La Rioja la semana pasada, donde artistas, músicos, gestores culturales independientes, organizaciones y espacios culturales, expresaron su inquietud y advertencia sobre los riesgos que plantea la ley ómnibus.
Entre las consecuencias que advierten los referentes del sector se mencionan la desaparición o desfinanciamiento de importantes espacios de expresión cultural y el consecuente colapso de numerosas fuentes de empleo en el ámbito cultural.