Mariana del Socorro, Martín, Nicolás y María Belén, hijos del hermano de la esposa del escritor, se presentaron ante el Juzgado Civil número 94 a fin de ser reconocidos como beneficiarios de la sucesión. De esta manera, su obra que esta no pasaría a manos del Estado.
Luego de que se diera a conocer la posibilidad que, ante la ausencia de herederos, el legado de Jorge Luis Borges pasaría al Estado tras la muerte de María Kodama, sobrinos de su exesposa se presentaron ante la Justicia a fin de ser reconocidos como beneficiarios de la sucesión.
Fernando Soto, abogado de la traductora, docente, escritora y albacea de Borges, afirmó estar «aliviado» ante la solicitud de los familiares de Kodama ante el Juzgado Civil número 94.
«Esto me alegra y alivia mi espíritu, que los sobrinos se hayan presentado como herederos abre una nueva etapa en el expediente sucesorio», afirmó a Télam el letrado, que el lunes hizo una presentación judicial en el mismo juzgado denunciando la posible vacancia de la herencia con la intención de que, «si hubiera herederos», propiciar que se dieran a conocer.
Tras la muerte de Kodama, el pasado 26 de marzo a causa de una insuficiencia respiratoria, se puso en juego quién quedaría a cargo de los derechos de la obra de Borges.
Sin embargo, en las últimas horas, sus sobrinos Mariana del Socorro, Martín Nicolás, María Victoria, Matías y María Belén Kodama, hijos de su hermano Jorge, ya fallecido, solicitaron «se dicte declaratoria de herederos».
Según trascendió, en la presentación solicitaron realizar un inventario provisional y secuestrar bienes muebles como obras literarias, premios, condecoraciones, manuscritos, fotos, material periodístico y títulos de propiedad de valor literario e histórico que deba salvaguardarse.
Soto explicó que «los sobrinos son los responsables de pedir un administrador y la protección de esos bienes» y aclaró que, «si bien sería una decisión práctica» que los demandantes se pusieran en contacto con él, no están obligados a hacerlo por ley.
Kodama había anticipado su intención de entregar el legado del autor de «El Aleph» a dos universidades extranjeras, llegando a sugerir que podría tratarse de la de Tokio, en Japón, donde se trabajó y se trabaja fuertemente sobre la obra del escritor, y las estadounidenses de Texas o Harvard, país donde avanzaron en proyectos conjuntos.
Sin embargo, en una conferencia de prensa realizada este lunes, Soto había afirmado que su representada «no dejó testamento». «Su escribana de confianza no tiene testamento. Nadie de círculo cercano entre quienes consultamos conoce el documento. Si al momento de entrar a su casa se encuentra un testamento, se tomará ese, pero las posibilidades son bajísimas”, aclaró el abogado.