El obispo de La Rioja, monseñor Dante Braida, informó el martes 7 de mayo sobre diversos traslados de religiosas y religiosos de esa diócesis:
Desde la comunidad de la orden de franciscanos menores conventuales de la parroquia Nuestra Señora de la Candelaria, el religioso Miguel Ángel López fue trasladado hacia una nueva comunidad en el partido de Moreno, provincia de Buenos Aires.
Por su parte, el Padre Lindor, de la misma comunidad, fue trasladado a Asís, Italia; mientras que el religioso Horacio Zabala asumió como párroco de ese templo riojano. Además, se integrarán a esa comunidad los religiosos Vicente Novello y Mario Brollo.
Con respecto a la comunidad de hermanas Dominicas de San José, en la ciudad de La Rioja, la hermana Lilian Vargas fue trasladada a la comunidad de Villa de Soto de la provincia de Córdoba.
En tanto, la hermana Fernanda Martinelli fue destinada a la comunidad de Las Varillas, también en Córdoba. Formarán, asimismo, parte de esa congregación las hermanas Natalia Beltramino y Jéssica Acosta.
Las hermanas Esclavas del Corazón de Jesús, cuya superiora es la hermana Silvia Álvarez, se despidieron de la religiosa Valeria González, quien fue trasladada a la comunidad de San Juan. Además, la hermana Silvia Somaré servirá, a partir de ahora, en la comunidad de San Miguel de Tucumán. Se incorporaron allí también las hermanas Silvana Bocalón y Carmen María Rauch.
Desde la congregación del Santísimo Redentor, que se encuentra en la parroquia Divino Niño Jesús de la ciudad de La Rioja, fueron trasladados los sacerdotes Miguel Maidana y Jorge Rearte, al tiempo que se incorporaron los sacerdotes Sergio Stang y Osvaldo Reyna, y el primero ellos asumió como párroco de esa comunidad.
El Obispado informó además que a partir de este año, en la ciudad de Olta, hay presencia de las hermanas franciscanas angelinas, cuya fundadora es la Madre Clara Ricci.
La misión de las religiosas en Olta, a la que se incorporaron las hermanas Joana y Deyni, es acompañar la pastoral parroquial, específicamente en la visita a las familias y a los enfermos, así como la colaboración en los diferentes grupos pastorales como el de jóvenes, la catequesis y los monaguillos.
“Damos gracias por su fecunda tarea a los religiosos que dejaron la diócesis, deseamos que nuestros beatos mártires los bendigan en su nuevo andar. Asimismo, pedimos a nuestro patrono, San Nicolás de Bari, acompañe a los que llegan y sientan la gracia de esta bendita tierra del Tinkunaco”, señaló monseñor Braida.
Fuente: AICA