En un intento por marcar los límites políticos de Juntos por el cambio, los principales dirigentes radicales no sólo repudiaron el acuerdo Bullrich-Milei, sino que apuntaron los dardos a Macri, a quien consideran el principal ideólogo del pacto.
Los principales dirigentes de la Unión Cívica Radical (UCR) confrontaron esta semana con el exmandatario Mauricio Macri y la excandidata presidencial Patricia Bullrich por su alianza con el postulante de La Libertad Avanza (LLA), Javier Milei, un cruce que puso en vilo a Juntos por el Cambio (JxC) a la vez que robusteció el liderazgo del radicalismo dentro de la coalición.
Tras las elecciones que dejaron a JxC fuera del balotaje, Macri y Bullrich se reunieron con Milei el martes por la noche y sellaron un pacto que fue anunciado al día siguiente «a título personal» por la derrotada excandidata y su compañero de fórmula, el radical Luis Petri.
Lo hicieron sin tener el aval completo del PRO -que aún sigue sin pronunciarse institucionalmente- y horas antes de que se reuniera a debatir su postura la cúpula dirigencial de la UCR, que era hasta entonces uno de sus principales socios en el frente opositor.
«Esta posición de Patricia es intolerable, no sé qué acuerdos ha hecho. Me dio vergüenza ajena. Creo que está afuera de la coalición», dijo el presidente de la UCR, Gerardo Morales, luego de que el partido rechazara la alianza y decidiera mantenerse neutral en el balotaje entre el libertario y el candidato de Unión por la Patria (UxP), Sergio Massa.
En un intento por marcar los límites políticos de JxC, los principales dirigentes radicales no sólo repudiaron el acuerdo Bullrich-Milei sino que apuntaron los dardos a Macri, a quien consideran el principal ideólogo del pacto.
«Macri está feliz, desde el principio quiso joder a JxC y estar con Milei», disparó Morales durante una conferencia en la que el fundador del PRO pasó a ser declarado enemigo del radicalismo.
Este sábado, en declaraciones a Radio Mitre, el gobernador jujeño reiteró que «Mauricio está en el mejor de los mundos porque Milei es su candidato» e insistió en que «el mariscal de la derrota de JxC tiene nombre y apellido, y es Mauricio Macri».
Esta abrupta contienda puso en evidencia que ciertos viejos rencores del radicalismo siempre estuvieron latentes: la nula participación de funcionarios del partido en el Gobierno de Macri (2015-2019) y el frustrado deseo de que en estas elecciones la UCR tenga un candidato presidencial propio.
Este viernes, dos días después de que Bullrich anuncie su alianza con los libertarios -y luego de que el propio Morales le reclamara a Macri que «ponga la cara»-, el fundador del PRO dio una entrevista radial en la que, además de argumentar su respaldo a Milei, cargó contra los radicales.
«Ellos han tenido incontables reuniones con Massa y han transado en contra de los intereses de los argentinos. No pueden decir nada», subrayó el exmandatario y mencionó explícitamente a Morales, al senador Martín Lousteau y al diputado Emiliano Yacobittii.
Los tres dirigentes de la UCR recogieron el guante y lo cuestionaron por ser el «gran responsable» de la derrota de JxC y por «arreglar velozmente su apoyo» al candidato libertario.
«Se encerró a solas con Milei y negoció no sabemos qué a cambio de qué», indicó este viernes Lousteau en diálogo con La Nación+.
En esa misma línea se expresó Yacobitti en sus redes sociales: «Tiene que explicar por qué declaraba a favor de otro candidato en campaña y arregló velozmente su apoyo, a espaldas de JxC».
Ante el virtual quiebre de la coalición, la dirigencia de la UCR intentó poner paños fríos y planteó que fue sólo un puñado de referentes -de peso- del PRO los que decidieron apoyar a Milei e «irse» de JxC, en contraste con la postura neutral que manifestaron el resto de los partidos que lo integran: la Coalición Cívica (CC), Confianza Pública, Encuentro Republicano Federal (ERF) y Generación para un Encuentro Nacional (GEN).
Además de la carta de los 10 gobernadores de JxC en esa misma línea, tanto Morales como Lousteau recalcaron que el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y la exmandataria bonaerense María Eugenia Vidal rechazaron la alianza con Milei, al igual que los miembros cofundadores de Cambiemos en 2015, el exsenador Ernesto Sanz y la líder de la CC, Elisa Carrió.
En ese sentido, fue Morales quien destacó el rol que deberá cumplir la coalición el próximo año, al decir que «viene otra etapa» en la que debe haber «una oposición responsable y un gobierno que la respete».
«Se tiene que iniciar una nueva etapa en Argentina donde los acuerdos se den en el Congreso, con una oposición que ‘no sea no a todo’ sino que acompañe los proyectos que le sirvan al país», resaltó en declaraciones a Radio 10.
Si bien la gran mayoría de sus legisladores, las representaciones provinciales, y la Juventud Radical se expresó por la neutralidad, el debate en el Comité Nacional del martes contó con un pedido de apoyo a Massa solicitado por la vicepresidenta del partido, María Luisa Storani.
«Mi posición quedó puesta en actas. Teniendo un lugar firme como oposición, pero apoyar a Massa para enfrentar a Milei. Esto no fue acompañado. Es un partido democrático. Lo importante fue que lo debatimos», dijo Storani a Télam.
La dirigente remarcó que no hubo ninguna moción en la reunión del Comité a favor de Milei, a quien «ni loco lo votan los radicales», y dejó entrever que, pese a la neutralidad, habría votos de boinas blancas a Massa.
La embestida radical contra Macri tuvo su pico el viernes por la noche, cuando el Comité Nacional emitió un comunicado en el que catalogó como «una ofensa incalificable» que el exmandatario acuse a la dirigencia de ese partido de «transar contra los intereses de los argentinos», y consideró que las palabras del expresidente constituyen «un ejercicio de hipocresía».
«Ahora, el señor Macri ha realizado con acuerdo inconsulto entre gallos y medianoche con un personaje que hace del antirradicalismo una bandera política personificada en la ofensa a Hipólito Yrigoyen y Raúl Alfonsín, dos próceres de la argentinidad que han pasado a ser patrimonio de todos los argentinos de bien», señaló la UCR.
El partido encuentra un límite en Milei no sólo porque representa un espacio abiertamente negacionista de los crímenes de la última dictadura militar y porque apunta directo a dos baluartes de la idiosincrasia radical como la educación y la salud pública, sino porque el propio candidato libertario trató de «fracasado e hiperinflacionario de Chascomús» al expresidente Alfonsín y de «traidores» a presuntos votantes radicales que no se inclinaron por JxC el domingo pasado.
En este contexto, la UCR celebrará el lunes los 40 años de las elecciones que un 30 de octubre de 1983 marcaron el retorno de la democracia, con un acto a las 18 en la Plaza Estado del Vaticano, en la ciudad de Buenos Aires.
Durante la ceremonia -en la que según pudo saber Télam darán un discurso Morales, Lousteau y el exdiputado Marcelo Sturbin- la dirigencia radical destacará el «legado alfonsinista» en estas cuatro décadas ininterrumpidas de democracia, y se prevé que haya un explícito repudio a discursos negacionistas hoy encarnados por Milei y su compañera de fórmula, Victoria Villarruel.