En el marco de la semana de conmemoración del crimen de Monseñor Angelelli a manos de la dictadura sangrienta, MEDIOS RIOJA dialogó con uno de los hombres más cercanos al Beato, Alilo Ortiz quien recordó la figura del obispo mártir y su llegada a La Rioja donde finalmente fue asesinado.
“Cuando llegó (…) me salió con algo que me puso en otra orbita, el tenia trato con los obispos, con criollos de las Sierras de Córdoba, y con otros que fueron obispos riojanos, y me dice entre tantas cosas, que cómo se preparaba la gente, que tenía algo para mí, y me mostró unos papeles diciendo lo que pensaba decir en su discurso de llegada. Me pidió que le dé una leída, y si estaba bien, y me sorprendió porque en ese momento había mucha distancia por ser Obispo; y que me diga que le corrija si había algo, era una muestra de confianza, que yo sinceramente no me esperaba, por más que ya lo conocía y sabía que era un hombre sencillo. Era un dato que aquí estaba por pasar algo distinto”, relató sobre el arribo el Beato a La Rioja.
Destacó la “cercanía de Angelelli con la gente”, y asumió que “cortó esas distancias”.
Sus misas se transmitían por la radio en toda la provincia. Pronto se enemistó con los sectores más conservadores de la provincia y dirigentes de las Fuerzas Armadas por su trabajo social. Tras el golpe de Estado de 1976 la emisión de sus misas fueron censuradas y posteriormente canceladas, año en el que presenta su renuncia a la diócesis riojana. Denunció asesinatos de sacerdotes en la provincia e incluso investigó qué había pasado.
El 4 de agosto de 1976 el obispo de La Rioja fue asesinado por miembros del Tercer Cuerpo del Ejército, que hicieron pasar ese crimen como un accidente automovilístico. Años más tarde, ya en democracia, se descubrió que se trató de un homicidio calificado.
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