La tripulación se prepara para la campaña que tiene el objetivo de «brindar apoyo logístico a las actividades científicas» y «abastecer de combustible y provisiones a las bases argentinas» de la Antártida.
La tripulación del rompehielos ARA Almirante Irízar (RHAI) desarrollaba desde este domingo distintos entrenamientos y pruebas de máquinas en el Mar Argentino frente a la costa de Mar del Plata, como parte de los preparativos para la Campaña Antártica de Verano 2022/2023.
«Es una navegación de seis días en la que se prueban los motores y sistemas principales de la unidad. En simultáneo, la dotación del buque se ejercitará en roles específicos con el objetivo de afianzar su adiestramiento en el mar», indicaron a Télam fuentes del Ministerio de Defensa.
El rompehielos zarpó el sábado desde el Apostadero Naval Buenos Aires y ya se encontraba a cinco millas de la ciudad de Mar del Plata, donde llevaba a cabo diferentes acciones con el fin de «verificar el adiestramiento de su personal y someter a pruebas sus sistemas, equipos y procedimientos».
Durante los seis días que estará navegando en alta mar, la tripulación desarrollará distintas actividades como las «operaciones aéreas con helicópteros Fennec AS 555 y Bell 212/412», el denominado «movimiento crashtop» -con el que el barco rompe el hielo antártico-, operaciones con buzos tácticos de la Armada y simulacros de abandono e incendio del buque.
«En el caso de tener que abandonarlo, debemos saber cómo y cuáles son las prioridades. Con qué medidas tenemos que contar y en qué medios lo vamos a hacer», dijo a Télam el jefe de Material Naval Federico Ozan Zamora, que hace más de un año está a cargo de las instrucciones de evacuación.
Sobre la relevancia de los simulacros, Zamora agregó que «lo importante es la práctica, que es lo que nos va a dar a nosotros la seguridad de que cuando lo hagamos en una situación real lo vamos a hacer bien».
Por su parte, el comandante segundo del ARA Almirante Irízar, el capitán de fragata Guillermo Ortega, dio detalles a Télam del entrenamiento de «lanzamiento y recepción de aeronaves» que durante la tarde de ayer realizaron unos veinte hombres y mujeres en la popa del barco.
«Están poniendo en práctica lo que ya saben. Es un ejercicio para refrescar lo que ya aprendieron. El lunes lo van a efectuar en forma real con un helicóptero», indicó Ortega al respecto de la operación que tuvo la finalidad de «refrescar conocimientos para el día que lleguen las aeronaves».
Además, se dictarán tres clases de «perspectiva de género en las Fuerzas Armadas», a cargo de personal del Ministerio de Defensa, en la que deberán participar todos los pasajeros y tripulantes del rompehielos en el marco del cumplimiento de la Ley Micaela.
La tripulación del ARA Almirante Irízar se prepara para la Campaña Antártica de Verano 2022/2023, que tiene el objetivo de «brindar apoyo logístico a las actividades científicas» y «abastecer de combustible y provisiones a las bases argentinas» de la Antártida, entre ellas las permanentes Esperanza, Marambio, San Martín, Orcadas, Carlini, Belgrano II y Petrel, y las temporales Decepción y Primavera.
El Irízar es el rompehielos más grande del Hemisferio Sur y uno de los diez más grandes del mundo. Fue construido en 1977 en los Astilleros Wärtsilä en Helsinki, Finlandia.
El 15 de diciembre de 1978 fue entregado a la Argentina y desde entonces participó en el abastecimiento de las bases antárticas Argentinas y de otros países y es el buque insignia de la Fuerza Naval Antártica.
Durante la Guerra de Malvinas integró la Fuerza de Tareas 40 junto a otros buques de la Armada y participó de operaciones tácticas a través del transporte de tropas y de buzos a diferentes áreas.
El 3 de junio de 1982 el RHAI fue transformado en buque hospital. Para ello fue acondicionado en la Base Naval Puerto Belgrano y se lo dotó de 160 camas de internación, sala de terapia intensiva y quirófanos, entre otros elementos y dependencias. Luego fue enviado a las Malvinas, operando allí como nave sanitaria hasta el final de la guerra.
Entre otras acciones destacadas, figura la de 2002, cuando fue enviado a una misión de rescate del buque de transporte polar alemán Magdalena Oldendorff, que estaba cumpliendo tareas den la base rusa de Novolazarevskaya. A una temperatura cercana a los -50ºC ese buque quedó atrapado en el invierno antártico sin poder salir del mar congelado. El Irízar, avanzando sobre 330 kilómetros de hielo, abasteció a la nave germana con alimentos, combustibles y medicinas.
Entre mediados de la primavera y el otoño, el célebre rompehielos participa de las Campañas Antárticas y utiliza la Base Naval Ushuaia (BNUS) como punto de reaprovisionamiento propio.
Se dirige a las bases que las Fuerzas Armadas argentinas tienen en la Antártida, las reabastece, recoge los residuos que producen y traslada al personal de recambio. La tarea se cumple en diversas etapas en las cuales el buque debe regresar a Ushuaia para reaprovisionarse y repetir el viaje.
El martes 10 de abril de 2007 el RHAI sufrió un incendio que demandó una profunda reparación. Después de diez años de inactividad, volvió a funcionar y el 5 de enero de 2018 arribó a la Base Marambio, en la Antártida, para cumplir con la Campaña Antártica de Verano 2017 – 2018. Regresó a la Dársena Norte del Puerto de Buenos Aires el 11 de abril de 2018. Poco antes, rescató a cinco científicos estadounidenses que desarrollaban tareas en el norte de la Península Antártica.
Fuente: Télam