La mujer se quitó la vida. Estaba a la espera de la resolución del segundo juicio contra el ex futbolista de Boca, quien fue detenido dos veces después de ser denunciado por familiares de su ex pareja.
Anabelia Ayala fue hallada sin vida en las primeras horas del año 2024 en su domicilio de Almirante Brown, provincia de Buenos Aires, según confirmaron sus familiares. La joven, que había denunciado por violencia de género a Oscar Junior Benítez, exjugador de Boca y Lanús, había logrado una orden de restricción contra él. La prima de Ayala compartió la trágica noticia en una publicación. «Ya no aguantó», dijo.
“El día de ayer mi prima se quitó la vida, porque ya no aguantó, se desgastó tanto mentalmente como físicamente”, compartió Belén Aldana García, en un mensaje publicado en su cuenta de Facebook.
La joven relató que el pasado 30 de diciembre, a pesar de una restricción judicial de 300 metros, el deportista se aproximó al domicilio de Ayala y la hostigó constantemente mediante llamadas y mensajes en redes sociales. La relación entre ambos tuvo lugar entre 2018 y 2019. Terminó en México, desde done la mujer volvió a la Argentina en medio de denuncias por violencia doméstica y maltrato.
«Este hdp de Junior Benítez la golpeaba, la obligaba a irse con él y ella no podía tener contacto con el exterior ya que él le hacía videollamadas 24/7, no la dejaba ni siquiera salir a comer al comedor con sus padres», recordó en su mensaje Aldana.
«Ella el día de ayer, 1° de enero, decidió terminar con su vida para no soportar los miles de maltratos que este hdp le hacía», agregó en el posteo y cerró: «Hoy le toca a mi familia despedirla…. Ella no lastima a nadie, él la psicopateó por 5 años y ella no aguantó. Que se haga justicia por mi prima y que este hijo de put* no juegue nunca más en ningún club».
La información proporcionada por la prima de Ayala se remonta a las denuncias iniciales que llevaron al quiebre de la relación y al regreso de la joven a Argentina, cuando su entonces novio jugaba en Atlético San Luis de México, en 2019. A pesar de la separación, la situación persistió cuando Benítez regresó a jugar en Argentina para Atlético Tucumán, en 2021.
En enero de ese año, tuvo lugar uno de los incidentes más violentos, cuando los padres de Anabelia descubrieron al deportista en la casa de Adrogué, destrozando diversos objetos y portando un arma de fuego con la que amenazó de muerte a Juan Carlos Ayala, su exsuegro.
Los mensajes con insultos y amenazas persistieron hasta 2022, cuando, nuevamente en enero, se presentó en la casa de los padres de Anabelia y reanudó el hostigamiento. Agredió a Juan Carlos y, con un cuchillo, pinchó las ruedas de su vehículo. Ante esta situación, la familia pidió la intervención policial y, con la participación de tres policías, lograron reducirlo.
Por esta causa, la Justicia lo detuvo y pasó cinco días en prisión tras ser imputado por «violación de domicilio debido a que ingresó por la fuerza en la vivienda de los padres de su novia, lesiones leves cometidas en el contexto de violencia de género, amenazas y atentado y resistencia a la autoridad».
En mayo del año pasado un juez dispuso investigar los episodios de violencia previos y autorizó un allanamiento en la residencia del exjugador de Benfica y Sporting Braga de Portugal. Durante la diligencia, aparecieron una pistola de calibre 9 mm, tres cargadores y 39 municiones, todas ellas con una licencia de portación que ya había expirado.
En el marco de esa pesquisa, el fiscal José Luis Juárez, perteneciente a la UFI N°12 de Lomas de Zamora, especializada en delitos vinculados a la violencia de género y familiar, sostuvo que «los hechos atribuidos a Oscar Benítez no son incidentes aislados, sino que forman parte del contexto de violencia ejercida por Benítez sobre su pareja, Anabelia Ayala». Fue condenado a seis meses de prisión.
No obstante, el actual jugador de Palmaflor en Bolivia evitó la prisión gracias a ciertas condiciones acordadas: una nueva orden de restricción de 300 metros respecto al hogar de la familia Ayala, sesiones con una psicóloga y participación en un taller sobre violencia de género.