El país enfrenta la quinta epidemia nacional por el virus transmitido por los mosquitos Aedes aegypti. Científicas explicaron qué podría pasar en la región que incluye al AMBA, donde más muertes se han registrado
La Argentina había sufrido una epidemia nacional de dengue el año pasado y este año 2024 está enfrentando otra más, con mayor magnitud, con un número de afectados que representa 3,35 veces más que lo registrado en el mismo período de la temporada anterior.
El año pasado, por primera vez, hubo una circulación persistente del virus del dengue en el Nordeste del país, que incluye a Misiones, Chaco, Corrientes y Formosa, según el Ministerio de Salud de la Nación.
Es decir, en esa región hubo mosquitos adultos que picaban a las personas y transmitieron el virus durante el invierno. En el resto del país, la circulación autóctona del virus se cortó con la llegada del frío.
La pregunta del momento es si la circulación autóctona del virus se frenará con las temperaturas más bajas del invierno. ¿Podría haber este año también circulación persistente en invierno en la región de clima templado? Ese clima incluye al Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), Córdoba, Entre Ríos y Santa Fe, la región donde ya hubo 128 muertes reportadas por dengue en esta temporada.
Qué puede pasar con el dengue en el invierno
Según el Servicio Meteorológico Nacional, las provincias de Cuyo, Córdoba, sur del Litoral y este de Buenos Aires tendrían temperaturas medias normales para abril, mayo y junio.
En diálogo con Infobae la doctora Sylvia Fischer, investigadora del Conicet y del Departamento de Ecología, Genética y Evolución de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, “es muy poco probable que los mosquitos adultos se adapten a vivir con las temperaturas del invierno de la región templada de Argentina y que siga habiendo transmisión autóctona del virus del dengue”.
Si bien la circulación del virus siguió en el invierno en el Nordeste el año pasado, “hay que tener en cuenta que las temperaturas allí son más altas en la región templada del país”, aclaró.
Por eso, para evitar que la propagación del virus del dengue continúe, es crucial que se eliminen los lugares donde puede haber huevos puestos por las hembras de mosquitos Aedes aegypti.
Dónde vive el mosquito que transmite el dengue
Como otras especies de mosquitos, el Aedes aegypti pasa por cuatro estados durante su ciclo de vida. Primero, es un huevo. Las hembras de mosquitos generalmente ponen los huevos cerca del agua sucia o limpia en recipientes como baldes, tazones, recipientes para los animales, macetas y floreros.
Después del estadio de huevo, se convierte en larva durante 8 a 10 días y luego pasa a ser pupa durante unos dos días.
Hasta que finalmente emerge como un adulto, según se describe en el libro digital “La culpa no es solo del mosquito: experiencias y reflexiones”, publicado por la Facultad de Ciencias Sociales y la Facultad de Ciencias Físicas y Naturales de la Universidad Nacional de Córdoba.
Si se trata de una hembra adulta, vivirá un mes en promedio y se dedicará a poner entre 100 y 300 huevos, después de que ingiere sangre al picar varias veces a los seres humanos.
Si en algún momento pica a alguien que ya tenía el virus del dengue, la hembra de Aedes se infectará y así puede transmitir el patógeno a otras personas. Los mosquitos no se enferman. Solo llevan el virus.
Así es la vida del insecto y la circulación del virus del dengue. Pero durante el invierno, con las temperaturas más bajas, el ciclo de vida del mosquito solo permanece en el estado de huevo generalmente.
Si esos huevos sobreviven al período fresco (porque los espacios dentro o en alrededores de edificios no se han descacharrado) es probable que otra vez se retome el ciclo de los mosquitos cuando vuelvan a subir las temperaturas en primavera.
Para la bióloga Gisella Obholz, quien realiza un doctorado en el Instituto de Ciencias de la Tierra y Ambientales del Conicet en Santa Rosa, La Pampa, y ha publicado un trabajo sobre el límite de distribución de los Aedes aegypti en Sudamérica, “es poco probable que haya circulación autóctona del virus del dengue en invierno en ciudad de Buenos Aires y provincias como La Pampa y Buenos Aires porque las hembras de mosquitos adultas no logran sobrevivir en temperaturas por debajo de los 12 grados según estudios en laboratorio”.
Pero igualmente “hay que considerar que se debe seguir con la eliminación de los criaderos de mosquitos porque los huevos sí son resistentes a las condiciones del invierno”, dijo Obholz a Infobae.
Qué se debe hacer para no tener huevos y larvas de mosquitos
“En este momento estamos impulsando que se hagan descacharrados en los municipios para evitar que haya huevos de mosquitos durante el otoño y el invierno, ya que son resistentes a las bajas temperaturas y a otras condiciones adversas”, dijo a Infobae la bióloga Carolina Pamparana, de la dirección de vigilancia epidemiológica y control de brotes del Ministerio de Salud bonaerense.
Comentó que hay evidencia de que la presencia de mosquitos adultos en la provincia de Buenos Aires se da hasta el mes de mayo.
En 2016, la doctora Fischer junto con María Sol De Majo y Pedro Montini, revelaron en un estudio publicado en Journal of Medical Entomology que los huevos pueden eclosionar y las larvas desarrollarse en el invierno con distintas supervivencias, dependiendo de las temperaturas. Fue un estudio experimental en condiciones de temperatura naturales y no a partir de un relevamiento de recipientes.
“Estudios previos habían demostrado la ausencia de larvas y pupas en julio, agosto y septiembre en la ciudad de Buenos Aires. Esto indicaría que durante el invierno la población de mosquitos permanece en el estado de huevo distribuidos en diferentes recipientes”, contó la doctora De Majo a Infobae.
Como parte del Grupo de Estudio de Mosquitos de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, De Majo llevó a cabo un nuevo trabajo en 2022 -que aún está pendiente de publicación- en un barrio de casas situado en Claypole, en el sur AMBA.
En conjunto con una organización social y con el consentimiento de los vecinos, los investigadores ingresaron a 102 viviendas en los meses de febrero y marzo cuando hay mayor actividad de los mosquitos. Relevaron los sitios probables de cría del mosquito y encuestaron a sus habitantes en relación a sus saberes, creencias y conductas frente al mosquito.
De las 102 viviendas analizadas, 94 tenían recipientes con agua. Dentro del total de viviendas estudiadas, 57 tenían recipientes con larvas y pupas del mosquito. Bidones, baldes y neumáticos usados eran los objetos que tenían más larvas y pupas.
En la encuesta a los vecinos que participaron en el estudio, se encontró que el 55% conocía al mosquito, el 34% conocía las larvas y las pupas, y el 45 % conocía las medidas de prevención. Sin embargo, tenían criaderos del mosquito.
“Nuestro trabajo muestra que las medidas de prevención en general son conocidas por los habitantes de las viviendas, pero no son incorporadas con éxito en la vida cotidiana”, dijo la doctora De Majo.
Por eso, subrayó la importancia de realizar tareas durante el invierno para que se eliminen los huevos de Aedes aegypti que se encuentran distribuidos en distintos recipientes.
La científica recomendó estas acciones:
- Limpiar con cepillo las paredes de los recipientes que puedan acumular agua
- Tirar agua hirviendo en lugares de difícil acceso
- Tirar recipientes que no se utilicen.
Para evitar que se acumulen agua en los recipientes es recomendable:
- Mantener boca abajo recipientes en desuso
- Tratar de perforar los neumáticos o desecharlos
- Destapar canaletas para evitar que se acumule agua