El presidente de la RFEF trató de mantenerse en el cargo con un cuestionado en la asamblea extraordinaria. La consecuencia fue una ola de críticas, renuncias y denuncias en su contra que lo dejaron contra las cuerdas.
Luis Rubiales da su última batalla, cuando parecía que el escándalo por el beso a Jenni Hermoso y su repudiable comportamiento en los festejos de la selección española tras la obtención del mundial femenino de fútbol, el presidente de la Real Federación Española de Fútbol, aseguró que la jugadora estaba de acuerdo con el beso y se negó a dar un paso al costado. La respuesta fue una revolución de las campeonas y otras tantas futbolistas.
Apelando a la gran base de poder que logró formar durante todo este tiempo el dirigente español presionó durante varios días a la jugadora para que minimizara el asunto y este viernes ante una asamblea extraordinaria del ente federativo aseguró: «No voy a dimitir». Su argumento para mantener su postura fue que el cuestionado pico fue «espontáneo, mutuo, eufórico y consentido».
Entonces, Jenni Hermoso salió a contestar. La número 10 de España, quien desde el primer día (en un vivo en Instagram transmitido desde el vestuario) dejó en claro que no aceptó el inesperado beso de Rubiales. Esta vez lo hizo con un comunicado en el que mostró su malestar con los dichos del mandatario de la RFEF.
«Quiero aclarar que en ningún momento consentí el beso que me propinó y en ningún caso busqué alzar al presidente. No tolero que se ponga en duda mi palabra y mucho menos que se inventen palabras que no he dicho», expresó y adelantó su salida de la selección española, hasta que Rubiales no abandone su cargo.
A pesar de las fuertes presiones que recibió durante todos estos días tanto ella como su entorno, Jenni se mantuvo fuerte en su rechazo a los gestos del dirigente durante los festejos y, tras su comunicado, recibió el apoyo de una multitud de jugadoras. 80 futbolistas se sumaron a su renuncia, incluyendo a las otras 22 campeonas del mundo en un listado publicado por el sindicato.
«Desde nuestro sindicato queremos remarcar que ninguna mujer debería verse en la necesidad de contestar ante las contundentes imágenes que todo el mundo ha visto y por supuesto, no se deberían ver involucradas en actitudes no consentidas. Las jugadoras de la selección española de fútbol, actuales campeonas del mundo, esperan respuestas contundentes de los poderes públicos para que no queden impunes acciones como las contenidas», rezaba el texto difundido en redes.
Empoderada por el fuerte apoyo que recibió, la máxima goleadora de la selección española sacó un nuevo comunicado en las redes. «Tengo que manifestar que he estado bajo una continua presión para salir al paso con alguna declaración que pudiera justificar el acto del Sr. Luis Rubiales. No solo eso, sino que, de diferentes maneras y a través de diferentes personas, la RFEF ha presionado a mi entorno (familia, amigos y compañeras) para que diera un testimonio que poco o nada tenía que ver con mis sensaciones».
Rubiales quedó acorralado. Ya que además del repudio de las principales figuras del fútbol femenino español, también hubo fuertes críticas de otras figuras como Iker Casillas, David De Gea, Héctor Bellerín. A su vez se sumaron distintas voces de la política como Irene Montero, ministra de Igualdad del gobierno español, que señaló: «El silencio no ha funcionado y tampoco funcionará desacreditar a la víctima, a sus redes de apoyo y a la demanda social feminista por la garantía del derecho a la libertad sexual. Solo sí es sí».
Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda del gobierno de España y ministra de Trabajo y Economía Social, también se refirió con dureza al titular de la RFEF. «Lo que hemos visto hoy en la Asamblea de la Federación es inaceptable. El Gobierno debe actuar y tomar medidas urgentes: se acabó la impunidad para las acciones machistas. Rubiales no puede seguir en el cargo», tuiteó la funcionaria.
El Consejo Superior de Deportes (CSD) ha presentó una denuncia ante lo que considera que es una “falta muy grave” y pedirá la suspensión de Rubiales. “Suspenderemos de sus funciones en la presidencia al señor Rubiales”, dijo Víctor Francos, presidente del CSD. “Estamos en disposición de que esto sea el Me Too del fútbol español”, agregó.