La solicitud la hizo el fiscal federal Gerardo Pollicita, quien señaló también que Ariel Zanchetta «habría sido incorporado como agente ‘inorgánico’ para la Secretaría de Inteligencia de la Nación».
El fiscal federal Gerardo Pollicita pidió ampliar la indagatoria del expolicía detenido Ariel Zanchetta, quien se presenta como periodista y está acusado por supuestas maniobras de espionaje sobre jueces, políticos, dirigentes sociales, periodistas y empresarios, según surge de un dictamen de más de 150 páginas al que accedió Télam.
«Las evidencias relevadas hasta el momento demuestran que Ariel Pedro Zanchetta, en forma previa al objeto de la presente pesquisa, se desempeñó durante 25 años como agente de la Policía Federal Argentina -desde el año 1988 hasta el 2013- ; y que, en ese marco, habría obtenido formación y experiencia en la realización de actividades de inteligencia», sostuvo el fiscal en su dictamen.
Pollicita señaló también que Zanchetta «habría sido incorporado como agente ‘inorgánico’ -cuanto menos hasta fines de 2015- para la Secretaría de Inteligencia de la Nación, rol desde el cual habría realizado actividades de inteligencia para funcionarios de dicho organismo», según quedó consignado en el dictamen.
Los elementos digitales incautados en poder de Zanchetta, siguió el fiscal, «evidencian que el nombrado por su cuenta o por orden o disposición de terceras personas obtuvo y reunió información personal de miles de personas -entre ellas, políticos, magistrados, funcionarios públicos, periodistas, empresarios, dirigentes sociales, deportivos y sindicales, entre otros- la que luego sistematizó y analizó en, al menos, 1196 informes de inteligencia».
«Estos documentos poseen distinto nivel de detalle -o de avance sobre la intimidad de las personas-, y contienen información de distinta índole como opiniones políticas, creencias religiosas, acciones privadas, relaciones íntimas, fotografías, orientaciones sexuales, vínculos familiares y de amistad, situación patrimonial en el país y en el exterior, participación en sociedades y en distintas actividades, presunta participación en hechos delictivos o en causas penales, etcétera», continuó Pollicita.
«Lo expuesto hasta aquí permite sostener fundadamente, con el grado de certeza requerido para esta instancia del proceso, la responsabilidad penal de Ariel Zanchetta -y de otras personas que aún resta identificar- en relación a la realización de actividades de espionaje ilegal en los términos del artículo 43 ter de la Ley de Inteligencia Nacional, todo lo cual será desarrollado in extenso en el acápite siguiente», concluyó el fiscal.
En el dictamen se mencionan también los antecedentes de Zanchetta en materia académica y laboral, como un currículum encontrado en una laptop marca Toshiba que figura en la página 23.
Allí se menciona el desempeño del detenido en áreas de la PFA como Delitos Federales y Complejos, Inteligencia y Contrainteligencia Criminal y Asuntos Internos, pero también aparece como relación laboral una supuesta condición de «corresponsal y colaborador para el diario del Grupo Clarín de Buenos Aires CABA» (sic).
Por otro lado, los informes de inteligencia detectados reflejan, según lo dictaminado por el fiscal, que el exagente de la PFA espió a decenas de personas con trayectoria pública en las actividades partidaria, sindical, judicial, mediática y empresarial.
Entre los dirigentes políticos sobre los que Zanchetta reunió información se encuentran Sergio Massa, Alberto Fernández, Axel Kicillof, Patricia Bullrich, Javier Milei, Horacio Rodríguez Larreta, Máximo Kirchner, Juan Manuel Urtubey, Gustavo Bordet, Gerardo Morales, Rodolfo Suárez, Gerardo Zamora, José Alperovich y Jorge Capitanich.
Además, fueron monitoreados Juan Grabois, Milagro Sala, Omar Perotti, Gustavo Valdés, Elisa Carrió, Miguel Pichetto, Graciela Caamaño, Diego Santilli, Carolina Píparo, Florencio Randazzo, Cristian Ritondo, Joaquín De la Torre, Julio Garro, Néstor Grindetti, Jorge Macri, Mariano Cascallares, Martín Insaurralde y Antonio Bonfatti.
En la lista de personalidades del ámbito partidario sobre los que buscó información están también Malena Galmarini, Gerardo Milman, Eduardo ‘Wado’ De Pedro, Amado Boudou, el fallecido Mario Meoni, Mariano Recalde, Javier Iguacel, Felipe Solá, Alfredo Luenzo, Julieta Quintero Chasman, Luis Barbier, Daniel Lipovetzky y Julio Zamora.
Del dictamen de Pollicita surge que los dispositivos de Zanchetta contenían informes sobre el gremialista Marcelo Balcedo, los funcionarios bonaerenses Sergio Berni y Andrés Larroque, el periodista Joaquín Morales Solá y los empresarios de medios Héctor Magnetto y Daniel Haddad.
En cuando al ámbito de la Justicia, el policía retirado disponía de información sobre Eduardo Casal, Rodolfo Canicoba, Sebastián Casanello, Carlos Stornelli, Juan Ignacio Bidone.
La nómina de personas con exposición pública espiadas continúa con Victoria Tolosa Paz, Guillermo Dietrich, Alberto Abad, Martín Ocampo, Gustavo Arribas, Silvia Majdalani, José María Olazagasti, Matías Kulfas, Juan Martín Mena, Carla Vizotti, Sergio Berni, Santiago Cafiero, Carlos Castagneto, César Milani, Juan Martín Paleo, Juan José Gómez Centurión y Nicolás Kreplak.
También figuran los periodistas Jorge Fontevecchia, Roberto Navarro, Claudio Savoia, Luis Novaresio, Christian Sanz, Ángel Etchecopar y Pablo Duggan, al igual que los empresarios Ángel Calcaterra, Ernesto Clarens, Marcelo Tinelli y Alfredo Coto, entre otros.
Los espiados también podrían ser artistas (Teresa Parodi, Tristán Bauer, Alfredo Casero y ‘El Dipy’), dirigentes de clubes de fútbol (Claudio Tapia, Daniel Angelici, Juan Sebastián Verón, Rodolfo D’Onofrio) y referentes del movimiento obrero como Hugo Moyano, Roberto Baradel, Omar Plaini y Pablo Micheli, entre otros.
Télam