En una reunión con la Oficina del Auditor General, el Papa Francisco instó al personal a luchar contra la «insidiosa corrupción», en la Santa Sede y en el Estado de la Ciudad del Vaticano.
El Papa Francisco se reunió este lunes con personal de la Oficina del Auditor General del Vaticano. En su discurso, elogió el trabajo de la institución; sin embargo, sigue pidiendo cautela: «El atractivo de la corrupción es tan peligroso que debemos estar muy atentos», advirtió.
El organismo, que el mismo pontífice creó hace nueve años, actúa como autoridad anticorrupción de la Santa Sede y del Estado de la Ciudad del Vaticano, y lleva a cabo auditorías financieras de las entidades que están bajo su órbita.
Dado que se recupera de una bronquitis, Francisco no leyó el discurso que había preparado, sino que lo entregó para que lo leyeran después.
«Quienes trabajan en la Santa Sede y en el Estado de la Ciudad del Vaticano, ciertamente lo hacen con fidelidad y honestidad», se lee en el discurso del Papa, «pero el atractivo de la corrupción es tan peligroso que debemos estar extremadamente atentos».
«Sé que dedican mucho tiempo a esto», añade el Papa, subrayando la necesidad de equilibrar la «transparencia absoluta en cada acción» con la «discreción misericordiosa», ya que los escándalos «sirven más para llenar las páginas de los periódicos que para corregir comportamientos en profundidad.»
“Además -prosigue el Papa- los invito a ayudar a los responsables de la administración de los bienes de la Santa Sede, creando salvaguardias que puedan impedir, ‘anticipadamente’, que se materialice la insidia de la corrupción”.
Francisco destacó tres de las características centrales de la oficina de auditoría: independencia, atención a los principios internacionales y profesionalismo.
La Oficina es verdaderamente independiente, dice el Papa, porque “no depende jerárquicamente de otras entidades”.
«Lejos de implicar arbitrariedad alguna», subrayó el Santo Padre, esta independencia debe conducir a «una acción siempre bien pensada e inspirada por el principio más alto de la caridad».
Mientras tanto, la aplicación de las mejores prácticas internacionales, añade el Papa, es importante “para promover la equidad y el alineamiento con el resto de la comunidad internacional”.
La profesionalidad es clave -dice- observando que muchos miembros de la Oficina poseen “décadas de experiencia de alto nivel” y están dedicados a una educación continua en el trabajo, el Papa Francisco señala que “es una verdadera obligación moral para ustedes estar actualizados sobre la continua evolución” en ese campo.
“Sé que algunos de ustedes sirven en el comedor de beneficencia de Caritas”, dice. “Esto es algo hermoso y quiero decirles: háganlo con el corazón abierto, de manera sencilla y gratuita, y tómense el tiempo para hablar con la gente y escuchar sus historias”.
Y concluyó: “Les agradezco por su trabajo y les envío mis mejores deseos de Navidad a ustedes y a sus familias”.