Con motivo del cincuentenario de la actual Iglesia local, Francisco se encuentra con los fieles de la arquidiócesis de Ozamiz, en Filipinas y los instó a cuidar de los demás y de la Creación.
“La peregrinación a los santuarios es una clara expresión de confianza en Dios: los peregrinos llevan en el corazón su fe, su historia, alegrías, inquietudes, esperanzas y oraciones personales”, dijo este viernes el Papa Francisco a los peregrinos de la arquidiócesis de Ozamiz en Filipinas, que realizan una peregrinación por los santuarios marianos de Europa para celebrar el cincuentenario de su iglesia local.
El Santo Padre les dio una cálida bienvenida y expresó su alegría al conmemorar la creación de la arquidiócesis y agradeció a monseñor Martín Sarmiento Jumoad y a todo el grupo de peregrinos por su visita.
El pontífice subrayó que “en los santuarios, se produce el encuentro con el amor de Dios Padre y con su misericordia” y trazó un paralelo con la narración bíblica de la súplica de Ana en el santuario de Silo, donde su petición fue recibida con la gracia y el cumplimiento divinos. Al enfatizar la importancia de estos encuentros sagrados, el Papa subrayó el papel fundamental de María como defensora de la misericordia y el amor divinos, instando a los peregrinos a buscar su intercesión.
«Es María quien nos muestra que ser seguidores de Jesús implica escuchar su Palabra», dijo el Papa.
Consideró a la Santísima Virgen María como la principal discípula misionera de la Iglesia, reflexionando sobre su visita a su pariente Isabel como modelo de compartir la palabra de Dios.
«Estoy feliz de que la suya sea una peregrinación mariana», subrayó el Papa Francisco, enfatizando la importancia de la guía de María para fomentar una conexión más profunda con Cristo.
Expresó su esperanza de que esta peregrinación transformara a cada participante en fervientes misioneros, capacitados para difundir el mensaje de compasión y amor.