La presentación judicial del viudo y la hermana de María Marta se basa en las primeras declaraciones del juicio a Pachelo y en escuchas telefónicas que en su momento el fiscal ocultó.
El viudo Carlos Carrascosa y María Laura, hermana de María Marta García Belsunce, presentaron este lunes una denuncia contra el fiscal Diego Molina Pico por el delito de encubrimiento agravado. El escrito del abogado Gustavo Hechem es demoledor y se basa en las primeras declaraciones y en las escuchas del juicio contra Nicolás Pachelo que se lleva a cabo actualmente en San Isidro. El texto transcribe los dichos de los dos comisarios que intervinieron en la investigación, Angel Becerra y Alejandro Elorz, que claramente testimoniaron —bajo juramento– que Molina Pico los marginó porque tenían como hipótesis que a María Marta la mataron cuando volvió a su casa y encontró a Pachelo o dos vigiladores robando. También el jefe de Seguridad del country, Alejandro Arauz Castex, testimonió que Molina Pico no quiso investigar a Pachelo. “Las acciones del fiscal constituyeron actos de ocultamiento y de omisión de elementos probatorios”, sostiene Hechem en la denuncia.
La primera semana del juicio dejó en claro que Molina Pico direccionó la causa por el homicidio contra Carrascosa y no admitió ninguna otra hipótesis. El que mejor lo sintetizó fue Arauz Castex: “Confirmé que había una vocación por rehuir todo lo que importara investigar a Nicolás Pachelo. Yo tenía en mi cabeza que el doctor Molina Pico podría haber tenido algún error inicial, que lo puede haber apesadumbrado o lo puede haber puesto temeroso por haber incurrido, por impericia o quien sabe por qué razón, en un error inicial. Las cosas que ocurrieron después ya no fueron errores, fueron hechas exprofeso porque me consta a mí personalmente”, transcribe la acusación contra Molina Pico.
En ese párrafo, Arauz Castex sostiene que, de entrada, el fiscal cometió la equivocación de no ordenar una autopsia de inmediato, tal cual lo marcaba el Código Procesal respecto de cualquier muerte no natural. Para tapar ese error, Molina Pico orientó la investigación sólo contra los García Belsunce “porque me engañaron”, como dijo más de una vez. Después de esa primera bronca, Molina Pico no abordó la causa como corresponde, sino que adrede fue contra Carrascosa, pese a que las pruebas que le acercaron los investigadores policiales apuntaron a Pachelo y los vigiladores.
En las 18 páginas de la denuncia, Hechem transcribe dichos categóricos de los jefes policiales convocados para investigar:
–Cuando Molina Pico –declaró el comisario retirado Becerra– nos dice que había tomado testimoniales a tres adolescentes que lo vieron a Pachelo cruzar delante de María Marta, yo le expresé que me parece que ésta es la línea a seguir, más allá de la familia. Como investigador, ninguna línea investigativa se debe abortar. Era una hipótesis altamente positiva para seguir.
El testimonio de los tres adolescentes era significativo porque Pachelo decía que, a la hora del asesinato, no estaba en El Carmel, sino en un shopping en Palermo. O sea que los adolescentes dejaron en claro que mentía. Eso se comprobó luego con las llamadas telefónicas que cursaron en antenas de Pilar, no de Palermo.
—Participamos de una sola diligencia más. Porque, digamos, fuimos solapadamente corridos –ratificó el comisario retirado Elorz–. Fue una investigación unidireccionada, no se trabajaron en profundidad dos hipótesis de trabajo”.
Un hecho asombroso que se está produciendo en el juicio es que se revelan escuchas telefónicas ordenadas por el juez Diego Barroetaveña. Los más impactantes diálogos y afirmaciones provienen del celular de Pachelo. Y esas pruebas fueron ocultadas durante 20 años. Nunca se expusieron en los dos juicios que se hicieron anteriormente, contra Carrascosa y contra la familia García Belsunce. Está claro que Molina Pico las escondió porque, como se vio en las primeras audiencias, involucraban de manera clara a Pachelo. Es un elemento de peso en la denuncia de Carrascosa y María Laura contra Molina Pico.
Es difícil evaluar qué hubieran dicho los jueces de aquellos dos juicios si escuchaban, por ejemplo, la escucha en la que Pachelo le dijo a su madre: “¿por qué no te vas a la concha de tu madre, te tirás por la ventana y me dejás de romper las pelotas? Infeliz”. “Sos un ser indeseable. Una retrasada mental”, le gritó en otra comunicación, después de que Susana Ryan, la madre de Pachelo, le dijera que era sospechoso porque “no sos un socio normal”. Cualquier juez medianamente probo hubiera empezado a dudar ante semejante violencia del vecino contra su propia madre, que, por otra parte, efectivamente se tiró desde el piso 11 de su edificio, suicidándose cinco meses después de aquella frase de su hijo.
Como señaló el jefe de Seguridad de El Carmel, no se trató de errores sino de intencionalidad. “Cuando uno ata la ilación de todos los hechos –declaró Arauz Castex bajo juramento–, se me pone la piel de gallina de percibir cómo alguien esta direccionando la investigación para evitar que se esclarezca. Eso es un acto exprofeso, hecho para sacarme de encima. Me sacó de encima la cajita de Amigas del Pilar (una caja de seguridad que robaron) y como nos sacó de encima cuando le fuimos a decir que tres chicos habían visto a Nicolás (Pachelo) a metros de María Marta y a minutos del homicidio. No, eso no servía. Todo lo habrá tirado a la basura Molina Pico. Esto no era una investigación conducente, sino inconducente y sesgada, propia de una persona que está dispuesta a encubrir la investigación. Esa persona era Molina Pico. Y lo logró, por ahora. El principal encubridor de la causa de María Marta es Molina Pico el que entorpeció la investigación es Molina Pico”.
La denuncia de Hechem fue presentada ante la fiscalía general de San Isidro que, según parece, la remitió a la Procuración, que decidirá quién toma la causa. La lógica es que el procurador, Julio Conte Grand, convoque a un fiscal que no sea de San Isidro, es decir alguien que no esté contaminado con las internas judiciales de ese distrito, que fueron las que afectaron –y siguen afectando– todo el expediente García Belsunce.
El juicio sigue este martes, miércoles y jueves. Los fiscales Cosme Iribarren, Patricio Ferrari y Federico González seguirán convocando testigos que relaten el modus operandi de Pachelo, sobre todo en un episodio que fue anterior al crimen: a Carrascosa y María Marta les robaron su perro, Tom, y los extorsionaron. Pedían 5000 dólares para devolverlo. Una empleada doméstica de Pachelo contó que el vecino tenía el perro escondido en el lavadero de su casa y un criador reveló que Pachelo intentó venderle a Tom. Además, se dice que los fiscales tienen más escuchas que Molina Pico ocultó durante dos décadas.
Fuente: Página 12