Los 25 minutos de demora en pensar como comenzar una editorial tan insólita como penosa, no son menos sorpresivos (para quien escribe al menos) que los casi $25.000.000 que el Municipio destinará para la remodelación (por tercera vez) de la Plaza 25 de mayo, según se pudo conocer por el llamado a licitación pública que figura en el expediente O-63-S-2021
Y, ¿por qué no es sorpresivo? ¿O al menos ni siquiera llamativo? Quizá sea porque, lamentablemente, ya estamos acostumbrados a las malas decisiones que las autoridades municipales toman desde hace ya varios años. Aunque a esta altura, creer que solo se trata de decisiones desafortunadas, sería una verdadera ingenuidad. La desidia y el abandono que el Municipio ha demostrado para con los vecinos de la Ciudad Capital llega a su punto máximo cuando, nuevamente luego de las tormentas que azotaron la provincia y volvieron a desnudar una innumerable cantidad de falencias estructurales, se destinará un dineral en remodelar la Plaza 25 de Mayo, en vez de atender las urgentes necesidades que, por ejemplo, las calles de la ciudad requieren. Y la crítica no va en desmedro de la refacción en sí. Es cuestión de sentido común. De preocuparse, pero fundamentalmente de ocuparse de quienes, con el voto popular, le confirieron a las autoridades municipales la responsabilidad de llevar adelante las riendas de la Capital.
Con muy pocas unidades que no dan abasto para la recolección de residuos, calles totalmente intransitables por los innumerables baches que se formaron y semáforos que en su gran mayoría no funcionan o sufren desperfectos cada dos por tres, ¿es necesario gastar 25 millones de pesos en remodelar la plaza principal? ¿En pos de qué? ¿En beneficio de quién/es?. Porque de algo podemos estar seguros, y es que de los vecinos seguro que no será. ¿O realmente alguien de la gestión municipal cree que quienes transitan habitualmente las calles de la ciudad aprobaría una erogación semejante con la cantidad de necesidades y flagelos que deben afrontar día a día para movilizarse por la capital?.
¿En qué o en quiénes se estaba pensando a la hora de tomar una decisión semejante? ¿Turismo?. Ese mismo que huye despavorido de la ciudad porque ni siquiera puede llegar hasta la plaza sin dejar una parte del tren delantero de su vehículo en cualquier esquina. Entre palabra y palabra las preguntas siguen surgiendo sobre el por qué, y realmente no existe uno. Sería bueno, o al menos lógico, que las autoridades den una explicación del gasto exorbitante que requiere la refacción de la plaza y por qué ese mismo dinero no se utiliza para las necesidades más urgentes que la Ciudad Capital y los vecinos están pidiendo a gritos, simplemente porque, más allá de la imagen que se pueda y quiera mostrar de los espacios públicos, lo más importante siempre será la dignidad de la gente y, en consecuencia, su calidad de vida.