Directo a placa. Ese es el destino de Nicolás esta semana en la casa más famosa del país. Gran Hermano detectó que vulneró una regla básica del juego: quitarse el micrófono. Y llegó la sanción para el jugador.
Fueron segundos pero suficientes para cambiar el juego. Nicolás se corrió el micrófono y le dijo algo al oído. «Tipo… Nada que ver pero… Me hace acordar físicamente», fue lo único que se entendió. La respuesta de Gran Hermano no se hizo esperar.
La voz de la casa reiteró las reglas para todos: sólo pueden quitarse el micrófono «a la hora del descanso, cuando se están duchando y a la hora de la pileta». «En cualquier otra circunstancia, el uso del micrófono es obligatorio», destacó. «Está prohibido susurrar al oído de otra persona con el fin de que aquello no pueda ser escuchado por otro compañero o por mí», siguió.
«Por esta desobediencia, Nicolás, serás sancionado. Desde este momento, estás nominado. Además, te niego el derecho a votar esta noche y tampoco podrás ser salvado por el líder de la semana», anunció Gran Hermano.
«No me lo esperaba pero son las reglas del juego», lamentó Nico, primer integrante de la placa del próximo domingo.