Como casi todos los miércoles, la Policía volvió a reprimir a quienes se manifestaban por los derechos de los jubilados. Esta vez, entre los agredidos estuvo el cura Paco Olveira, a quien le arrojaron gas pimienta directamente en los ojos y lo redujeron violentamente contra el piso.

Hubo empujones, forcejeos e incidentes cuando se activó el “protocolo antipiquetes” para evitar el corte de la Av. Rivadavia. También resultaron afectados otro sacerdote y varios adultos mayores que participaban de la protesta.

Como cada miércoles, los jubilados se convocaron en las afueras del Congreso de la Nación para reclamar mejoras en sus ingresos.
