La jefa del LAFD, Kristin Crowley, escribió un memorando en diciembre de 2024 donde alertó que la situación de los recortes de fondos podría afectar el servicio ante emergencias.
Mientras el fuego no da tregua, se supo que hace un mes los bomberos alertaron que por el recorte presupuestario obstaculizaría la respuesta a incendios en Los Ángeles. Así lo informó la jefa del cuerpo de bomberos mediante un memorando escrito en diciembre de 2024.
El sitio de noticias CBS News explicó que la financiación del departamento de bomberos de la ciudad disminuyó en 17,6 millones de dólares, o un 2%, entre el año fiscal 2024-25 y el año fiscal 2023-24 .
Ante esta situación, la jefa de bomberos Kristin Crowley expresó en una carta para la Junta de Comisionados de Bomberos que esta falta de presupuesto «afectó negativamente la capacidad del Departamento para mantener las operaciones principales».
Sumado a una reducción de 7 millones en horas extras, esto «limitó severamente la capacidad del Departamento para prepararse, capacitarse y responder a emergencias a gran escala».
Sin embargo, en noviembre se habría firmado un convenio entre el departamento de Los Ángeles y el sindicato de bomberos por 203 millones de dólares para ayudar a mejorar los salarios de los bomberos.
En conferencia de prensa, la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, expresó al respecto que «no se hicieron reducciones que hubieran afectado la situación que estábamos enfrentando en los últimos días».
Las causas de los incendios que azotan a Los Ángeles
Tal vez la principal razón por las que los bomberos no han podido contener el fuego en Los Ángeles sean los vientos de Santa Ana, que de acuerdo con las autoridades han alcanzado hasta 161 kilómetros por hora en las zonas de los incendios. Y esto tiene dos efectos que multiplican la fuerza de las llamas.
Por una parte, de acuerdo con el meteorólogo Simon King, presentador del tiempo de la BBC, se trata de vientos secos que eliminan la humedad de la vegetación y facilitan que se inicien los fuegos y se propaguen más rápidamente. Y una vez que empiezan, los mismos vientos ayudan a que se propaguen fácilmente.
Además, según Marrone, esto obliga a que la estrategia para apagar un incendio de esta magnitud solo se pueda basar en los hidrantes que tiene la ciudad, ya que no se pueden utilizar aviones y helicópteros debido a la fuerza de los vientos.
Los vientos de Santa Ana ocurren cuando una gran área de alta presión se establece sobre el oeste de EE.UU., alrededor de la Gran Cuenca, un área que incluye gran parte de Nevada y Utah, Idaho y el sureste de Oregón, explica Matt Taylor, meteorólogo de la BBC.
Otro de los problemas que han señalado los bomberos que luchan contra las llamas ha sido el sistema de suministro de agua. Debido a que no hay apoyo aéreo por los vientos y el humo, los bomberos se han visto obligados a servirse únicamente del sistema de hidrantes o bocas de incendios urbanos para controlar el avance de las llamas.
A eso se suma lo que los científicos denominan «latigazo meteorológico», en el que se produce un cambio súbito entre condiciones extremadamente húmedas y extremadamente secas. Por lo tanto, después de décadas de sequía en California, hubo un par de años de lluvias extremadamente intensas, y luego volvieron a producirse condiciones muy secas en los últimos meses.
Eso hizo que la vegetación creciera rápidamente en los años húmedos, pero ahora esta vegetación abundante está seca y es más proclive a quemarse.