En la Semana Mundial de la Inmunización, la Sociedad Argentina de Pediatría publicó un documento sobre la importancia de la inoculación para erradicar enfermedades.
La vacunación ayudó a erradicar enfermedades que presentaban grandes amenazas contra la salud, y continúa protegiendo a millones de personas ante infecciones. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las vacunas reducen el riego de contraer enfermedades gracias a que refuerzan las defensas naturales del organismo y le ayudan a protegerse.
Cuando una persona se vacuna, se activa su sistema inmunitario. Sin embargo, al contener formas inactivadas o debilitadas de los patógenos (como virus o bacterias), no causan síntomas ni complicaciones. Debido a esto es sumamente importante respetar el Calendario Nacional de Vacunación que incluye las dosis obligatorias a aplicar desde el nacimiento hasta la adultez.
Desde la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) advierten que, desde el inicio de la pandemia de COVID, la cantidad de personas que recibieron vacunas disminuyó. Si bien esta situación es generalizada, afecta más que nada a los niños menores de un año.
En un documento publicado en el marco de la Semana de la Vacunación, destacan que la inmunización no solo protege la salud individual, sino que, al prevenir contagios, salva millones de vidas. Agregan que “con niveles altos de cobertura, se evita que reaparezcan enfermedades que están controladas, por lo que constituyen una de las estrategias sanitarias más efectivas”, pero es esto último es lo que está fallando, en Argentina y el mundo.
Las causas de esta baja en la inoculación son explicadas por la doctora Miriam Calvari, médica infectóloga y miembro del Comité de Infectología de la SAP: “Indudablemente, la caída obedece a múltiples factores, como, entre otros, dificultades económicas para acceder al centro de salud, la escasez de recurso humano, horarios acotados, la disminución de las consultas y de los controles de salud que posibiliten la indicación de las vacunas correspondientes, falsas contraindicaciones, desconocimiento o baja percepción de riesgo por parte de la población, y factores vinculados a la falta de confianza”.
En la Semana Anual de Vacunación de las Américas (SVA), que se lleva a cabo desde el 20 hasta el 27 de abril, bajo el lema “Actúa ahora para proteger tu futuro – #Vacúnate”, desde la SAP insisten en que se deben realizar las estrategias pertinentes para aumentar la accesibilidad de las vacunas, y también brindar información con el fin de educar a la población y recuperar la confianza perdida que ya está comenzando a afectar a los menores de edad, quienes dependen de sus padres para inmunizarse
Dado que las vacunas son esenciales en la prevención y erradicación de enfermedades, el documento de la SAP manifiesta que hay que “cerrar las brechas de inmunidad más urgentes dando prioridad a las personas no vacunadas y subvacunadas”, y resalta la importancia de brindarle seguridad a la gente sobre el funcionamiento de las vacunas.
“Si bien es crucial reconocer los logros alcanzados en la Región de las Américas gracias a los programas de inmunización existentes, también deben tenerse en cuenta los desafíos recientes, como la disminución de la cobertura de vacunación. Por ello, la campaña de este año define claramente el siguiente objetivo: revitalizar los programas nacionales de inmunización dándoles prominencia en la agenda política”, sostuvo la doctora Silvina Ruvinsky, Prosecretaria del Comité de Infectología de la SAP.
En tanto, los expertos del Hospital de Clínicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA) también subrayan la trascendencia de la vacunación a lo largo de toda la vida como un medio de prevención primaria esencial.
“Históricamente, los países de la región han desarrollado programas de vacunación que lograron hitos muy importantes como la interrupción de la circulación del poliovirus salvaje, la eliminación del sarampión y del síndrome de rubéola congénita, entre otros. Pero los desafíos continúan, especialmente después de la pandemia y en el marco de las complejas realidades socioeconómicas de nuestros países”, sostuvo la doctora Elizabeth Bogdanowicz, quien está a cargo del vacunatorio del Hospital de Clínicas.
En Argentina, en 2022 se alcanzó un 90% de cobertura de vacunación en las dosis correspondientes al ingreso escolar. Asimismo, respecto de la vacuna contra el HPV en adolescentes, y la triple viral y el refuerzo de vacuna contra Neumococo en el primer año de vida, todavía no se recuperaron los porcentajes de cobertura logrados antes de la pandemia. Aunque aún se encuentran en etapa de procesamiento los datos de 2023, “se evidencia la necesidad de continuar trabajando en el recupero de esquemas incompletos de vacunación”, dice la médica infectóloga.
“Las vacunas protegen la salud individual, salvan millones de vidas y, con niveles altos de cobertura, evitan que reaparezcan enfermedades que están controladas, por lo que constituyen una de las estrategias sanitarias más efectivas’, refiere el documento. Y agrega que ‘uno de los desafíos más importantes sigue siendo sostener las coberturas adecuadas para lograr un control efectivo de las enfermedades prevenibles por vacunas”, completó Ruvinsky.
Efectivizar los tiempos de vacunación puede ser una solución a esta problemática. En ese sentido los pediatras nucleados en la SAP recomiendan:
- Evitar las oportunidades perdidas de vacunación, promoviendo la capacitación continua para profesionales y vacunadores y educación a las familias acerca de creencias erróneas sobre supuestas contraindicaciones.
- Aconsejar adecuadamente a las familias sobre la importancia de la vacunación a los intervalos recomendados.
- Para aquellas dosis donde los intervalos de tiempo son mayores a lo establecido en el calendario, debe administrarse la dosis faltante. En ningún caso deben reiniciarse esquemas de vacunación.
- Administrar simultáneamente todas las vacunas posibles que correspondan por edad en sitios anatómicos diferentes.
- Sólo las vacunas a virus vivos atenuados de administración parenteral (varicela, triple viral y fiebre amarilla) requieren respetar un intervalo de 4 semanas cuando éstas no fueron administradas en forma simultánea.
- Las vacunas contra COVID-19 pueden administrarse simultáneamente con otras vacunas, el mismo día o en días diferentes sin requerir intervalos entre dosis.
Vacunación en personas adultas
Desde el Hospital de Clínicas remarcan la importancia de la inmunización en personas adultas, porque si bien se registra en Argentina una buena cobertura en la población pediátrica durante el ingreso escolar, esos niveles de adherencia a la inmunización disminuyen con el transcurso del tiempo.
- Todos los adultos: deben estar vacunados contra la hepatitis B y recibir cada 10 años un refuerzo de la vacuna contra el tétanos y la difteria. Y las personas que padecen enfermedades crónicas o que debilitan su inmunidad deben recibir vacuna antigripal y contra el Neumococo que es la bacteria que produce neumonía y enfermedades invasivas graves. Los grupos de pacientes que se benefician al recibir la vacuna antigripal deben hacerlo más allá de la temporada invernal, ya que la circulación del virus de gripe circula supera el invierno. También son recomendables la vacuna contra el Virus Sincicial Respiratorio (VSR) y el herpes zóster, aunque estas últimas aún no son obligatorias, por lo que no son ofrecidas gratuitamente por el sistema nacional de salud.
- Embarazadas: en el Calendario Nacional de Inmunizaciones se incorporó recientemente la vacuna contra el VSR, para las gestantes entre las semanas 32 a 36 de embarazo. También durante la gestación, las vacunas contra la gripe y COVID–19 son muy importantes porque estas enfermedades pueden producir cuadros más graves en este período vital.
- Adultos mayores: “Las vacunas son fundamentales para proteger la salud de los adultos mayores. Se benefician de manera significativa vacunándose contra la gripe, el COVID-19 y el Neumococo. Mantienen el sistema inmunológico estimulado y previenen enfermedades graves y potencialmente mortales en este grupo etáreo”, señaló Bogdanowicz.
- Personal de salud: debe recibir vacuna contra varicela y vacuna triple acelular (dTpa) y, si trabaja con niños, mantener refuerzos de vacuna doble adultos (dT) cada 10 años. Debe acreditar 2 dosis de vacuna triple viral recibidas después del primer año de vida y recibir anualmente vacuna antigripal y contra COVID-19.
“Es necesario continuar mejorando nuestras coberturas de vacunación, además de cerrar brechas de inequidad, actualizar nuestro calendario y fortalecer la importancia de la vacunación a lo largo de la vida. Las vacunas son la principal herramienta para el control de las enfermedades inmunoprevenibles en la población, protegen la salud de cada individuo a la vez que salvan millones de vidas en todas las comunidades”, concluyó la doctora Bogdanowicz.