El presidente de Brasil pidió a los bancos públicos que aceleren la agenda de crédito y amplíen los préstamos para las pequeñas empresas y la población más pobre.
Lula se reunió con los presidentes de cinco bancos federales (Banco do Brasil, Caixa, BNDES, Banco da Amazônia y Banco do Nordeste). Y, según se filtró a la prensa, pidió a las instituciones financieras trabajar unidas para estimular el crédito, una prioridad cuyo objetivo es sostener el crecimiento del PIB (Producto Interior Bruto) este año, tras un aumento del 2,9 por ciento en 2023.
La reunión tuvo lugar tras la divulgación de los balances bancarios correspondientes al primer año del Gobierno de Lula. Durante la misma, el presidente fue informado sobre la liberación de crédito por parte de los cinco bancos.
En declaraciones a la prensa, el ministro de Relaciones Institucionales de la Presidencia, Alexandre Padilha, declaró que Lula está obsesionado con la agenda de expansión del crédito. «Quiere saber qué está pasando para que el crédito sea más barato para los más pobres y los pequeños empresarios», dijo el ministro.
Según Padilha, la expectativa es que esta agenda avance más rápido, por lo que Lula se reunirá regularmente con los responsables de los bancos públicos para evaluar objetivos.
«El año pasado se aprobaron varias cosas que contribuyeron, como el marco de garantías, pero él (Lula da Silva) sigue insistiendo (en más resultados)», enfatizó.
La presidenta del Banco do Brasil, Tarciana Medeiros, señaló por su parte que el trabajo de alineación de los bancos ha sido importante. «El presidente nos dijo que teníamos que mantener el banco fuerte, cuidando del crédito», afirmó. Según ella, Lula quería saber más sobre la situación del crédito para la agricultura familiar, el agronegocio y el programa «Mi Casa, Mi Vida».
En 2023, El Banco do Brasil tuvo un beneficio neto ajustado (excluyendo partidas extraordinarias) de 35.500 millones de reales (7.100 millones de dólares), el mejor resultado en términos nominales de su historia.
El presidente del BNB (Banco do Nordeste), Paulo Câmara, añadió que, durante sus conversaciones con el presidente Lula, el énfasis ha estado en «hablar mucho y tratar realmente de trabajar juntos».
«Como somos organizaciones públicas, tenemos que trabajar hablando mucho y sin superponer tareas para llegar a más lugares, con más actividades y respetando cada uno la competencia del otro», valoró.
El ministro de Hacienda, Fernando Haddad, que también participó en la reunión, lanzó recientemente una ofensiva para reducir el «spread» bancario, definido como la diferencia entre los tipos de crédito y depósito, al objeto de disminuir el costo de los préstamos bancarios y ampliar su oferta. La mayor parte de la agenda depende de la aprobación de ocho proyectos de ley que ya están en el Congreso.
La reunión con los bancos públicos se celebró después de que los sondeos de opinión mostraran una caída en la popularidad del presidente, a pesar de un escenario de mejora de la economía y del mercado laboral, factores que tradicionalmente influyen en la valoración del gobierno. NA