“Estamos dispuestos a una alianza”, dijo Macri. En plena interna opositora, el expresidente busca sumar a Milei para pelear la provincia de Buenos Aires.
En medio de una crisis social creciente, con aumento del desempleo y tensiones internas en la oposición, Mauricio Macri lanzó una bomba política: “Estamos dispuestos a una alianza en la provincia de Buenos Aires con el Gobierno”. Sus palabras dejaron en evidencia que el expresidente está decidido a jugar fuerte en el tablero bonaerense, a pesar de las fisuras cada vez más visibles entre el PRO y La Libertad Avanza.
La posible coalición entre ambos espacios sacude el mapa político de cara a las elecciones legislativas del próximo 7 de septiembre, una fecha que el gobernador Axel Kicillof definió con la clara intención de marcar el pulso en la interna peronista. Pero la jugada de Macri revela otro escenario: el intento de armar un frente común entre sectores del PRO y el oficialismo libertario para quedarse con la Provincia.
Macri no ocultó su sintonía con el presidente Javier Milei en términos económicos. “Me cuesta considerarme opositor a este gobierno porque coincido en lo económico, pero hay un déficit en lo político institucional”, afirmó, haciendo una diferenciación clave entre la gestión de Milei y su entorno político. Sin embargo, no ahorró críticas hacia el círculo más cercano al Presidente, conocido como el «triángulo de hierro», al señalar: “¿Lo cuidan al presidente? Me cuesta ver que lo cuiden”.
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El líder del PRO también reveló un episodio particular: su intento fallido de conocer a Karina Milei, ya que -según sus palabras- ella “se negó”. El dato expone una tensión que, aunque personal, deja al descubierto las dificultades para articular una alianza sin fisuras con la cúpula libertaria.
Aun así, Macri insiste en tender puentes: “La mejor manera de lograr que las ideas de Milei tengan éxito es votando diputados y senadores del PRO”, sostuvo, en lo que puede leerse como una señal directa al electorado liberal para confiar en la experiencia de su partido.
El mensaje de unidad
En su arenga, Macri bajó un mensaje que apunta tanto hacia dentro como hacia fuera de su espacio político. “Lo que queremos es que las personas que han trabajado por la provincia se sigan sumando. No se trata de un acuerdo por cargos, sino por ideales y por un proyecto común”, enfatizó.
Y agregó: “La clave está en trabajar en equipo y tener personas capacitadas, que sepan cómo resolver los problemas de la provincia”, en alusión a referentes del PRO como Silvia Lospennato, a quien destacó como figura clave para consolidar una alternativa con futuro.
La respuesta al adelanto de las elecciones
La decisión de Kicillof de desdoblar las elecciones bonaerenses y fijar la votación para el 7 de septiembre fue interpretada por Macri como una oportunidad para ganarle la partida política al peronismo en su bastión más importante. El expresidente sabe que el peso territorial de la provincia es clave y por eso insiste en una fórmula de unidad que supere las diferencias internas.
“Evitar las divisiones es la única forma de resolver los problemas del país”, advirtió, consciente de que una oposición fragmentada solo fortalecería al oficialismo local.
Crisis económica y liderazgo
En un contexto de alta inflación, caída del consumo y malestar social en alza, Macri volvió a marcar que la salida no es sólo económica, sino también institucional: “No puede haber progreso sin una gestión que priorice la credibilidad y el respeto por la ley”. Y completó: “El bien más importante a cuidar en un país es la reputación, el prestigio y la confianza que genera el presidente”.
Desde esta perspectiva, el exmandatario busca posicionarse como garante de gobernabilidad, experiencia y previsibilidad en un país cada vez más marcado por la incertidumbre.