Meta vetó a RT y otros medios rusos por financiar campañas encubiertas. La medida surge tras acusaciones de interferencia extranjera.
Meta, la empresa matriz de Facebook, Instagram y WhatsApp, ha tomado la drástica decisión de prohibir a nivel global los medios estatales rusos por «actividades de interferencia extranjera». Esta medida llega en un contexto en el que Estados Unidos ha acusado a RT, entre otros medios, de financiar campañas de manipulación en redes sociales como TikTok, X y YouTube.
La justicia estadounidense presentó cargos contra RT y empleados del medio estatal, señalándolos como responsables de canalizar 10 millones de dólares a través de empresas ficticias para encubrir campañas de influencia. Según la acusación, desde 2023, una empresa de creación de contenido en Tennessee, financiada por Rusia, ha publicado más de 2.000 videos con 16 millones de vistas en YouTube.
Meta explicó que su decisión de vetar a Rossiya Segodnya, RT y otras entidades relacionadas responde a un esfuerzo para detener la influencia rusa en sus plataformas. «Hemos ampliado nuestras políticas para frenar actividades de interferencia extranjera», aseguró un portavoz de Meta en declaraciones a la AFP.
La respuesta del Kremlin no se hizo esperar. Dmitri Peskov, portavoz del gobierno ruso, calificó la decisión de Meta como «inaceptable». Además, María Zajárova, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, denunció una «agresión real, informativa y física» contra la prensa rusa por parte de Estados Unidos, acusando a Washington de atacar la libertad de expresión.
Los fiscales estadounidenses sostienen que RT no solo financió proyectos en redes sociales, sino que también creó un «imperio de proyectos encubiertos» diseñado para moldear la opinión pública en Occidente. Esto incluye videos y contenidos propagandísticos disfrazados de información objetiva.
Desde la invasión rusa a Ucrania en 2022, las operaciones de influencia digital de Rusia han aumentado considerablemente. Meta ha reportado que desde 2017, Rusia ha sido la mayor fuente de operaciones de interferencia encubiertas, con esfuerzos que continúan en crecimiento pese a las sanciones internacionales.